Al interior de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, e incluso dentro de todo el gabinete de Claudia Sheinbaum Pardo, se desató ya una carrera por el que se considera un próximo relevo en la titularidad de la dependencia. Esto porque los ya conocidos rumores sobre una renuncia del actual secretario, Rogelio Ramírez de la O, siguen siendo parte de la conversación de quienes caminan todos los días por los pasillos de Palacio Nacional.
El propio Ramírez de la O ha dejado saber a su equipo en reuniones oficiales que, en el mejor de los casos, dejará el cargo en el segundo año del sexenio, por lo que resulta necesario ir evaluando los perfiles que sustituirán al responsable de las finanzas del país.
Anote entre esos perfiles, como tiradores internos, a la subsecretaria de Egresos, Bertha Gómez Castro, y al subsecretario de Hacienda, Édgar Amador Zamora, y como externos a la secretaría de Energía, Luz Elena González Escobar, y a la Gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja.
De concretarse el posible relevo en los próximos meses, parece que no se daría en el mejor de los escenarios, pues la imagen de la Secretaría de Hacienda ante los mercados internacionales se encuentra, por decir lo menos, un poco dañada.
Se dice que los números que la dependencia incluyó en su Paquete Económico para el 2025 distan mucho de la realidad, o por lo menos de las percepciones que tienen las calificadoras internacionales, sobre de todo la que tiene Moody´s, aquella que Andrés Manuel López Obrador incluyó entre los enemigos favoritos de la mañanera.
El tema es que la proyección de un crecimiento de 2 o 3 por ciento del Producto Interno Bruto suena principalmente a buenos deseos, por tanto, también tienen poca solidez los augurios de un incremento de 3 por ciento en la recaudación tributaria o un aumento de 4.3 por ciento en los ingresos petroleros, sobre todo cuando en Petróleos Mexicanos empieza a verse inmerso en una revolución de proveedores que reclaman el pago de adeudos por hasta 400 mil millones de pesos, éste un movimiento que amenaza ya con afectar la operación.
Parece entonces que un eventual nuevo secretario de Hacienda tendría que ser literalmente un “apafuegos” y, según los perfiles que comentamos al principio de este texto, los especialistas no ven experiencia para tanto. Bertha Gómez y Luz Elena González tienen en definitiva toda la confianza de la presidenta Sheinbaum Pardo, sobre todo en el manejo adecuado del gasto, pero no existe en su currículum algún tipo de interacción con el mercado financiero internacional.
En los casos de Édgar Amador y Victoria Rodríguez lo que reina es la desconfianza. Claudia Sheinbaum no olvida que en su momento ambos funcionarios fueron incondicionales al exjefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, incluso hubo querellas de la mandataria de la República contra quien ahora opera como su subsecretario. Se dice entonces que para esta dependencia “la caballada está realmente flaca”.