VEO, ESCUCHO, PIENSO Y PROPONGO
Veo el controvertido tapabocas en los rostros de los ciudadanos, promovido para sumar miedo. Veo los carteles típicos y otros materiales poniéndole crema al asunto para promover el miedo. Y veo los esfuerzos, los esfuerzos de muchos medios visuales intentando comprender con sinceridad la realidad. Escucho voces de ciudadanos inconformes por la información que nos están dando; dicen: “Nos están mintiendo, nos quieren espantar”.
Escucho diálogos de calle expresando la firma pagada por una muerte de coronavirus. Y escucho palabras de ánimo motivando a no dejar entrar el miedo a nuestra vida. Pienso en los estragos que hace el miedo en una persona estresada, con la glucosa alta, o con una escasa compañía.
Pienso en los números que manejan de contagiados en el mundo que no pasa de siete millones, cuando tan solo en China cuenta con mil 300 millones de habitantes. ¿A eso le podemos llamar pandemia? Si queremos espantar sí, pues miedo es una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario Propongo cerremos nuestra mente y nuestro corazón al miedo; así les dijo Jesús a sus discípulos: “No tengan miedo”.
Propongo escuchemos con más atención a los científicos no gubernamentales; ellos expresan con buena intención lo que saben. Propongo multipliquemos el diálogo entre nosotros con el fin de estar más cerca unos de otros y animarnos o apoyarnos ante la adversidad.