/ sábado 10 de agosto de 2024

Ignacio Elizondo el conspirador que traicionó a Hidalgo

Nació el 4 de marzo de 1766 en Salinas, Reino de Nuevo León,

Elizondo inició su carrera militar en 1798, después de ser designado en la milicia provincial de Pesquería Grande.

Dos años después fue capitán de los Dragones Provinciales de Lampazos, uno de los presidios militares más importante del noreste de la Nueva España.

En 1810 Hidalgo inició la lucha independentista, y el 6 de enero de 1811 el caudillo insurgente Mariano Jiménez derrotó en Agua Nueva, en los territorios del norte, a un contingente realista y tomó preso al gobernador de la Provincia de Nuevo León, junto con algunos colaboradores. Entre éstos se encontraba el capitán Ignacio Elizondo, entonces oficial realista.

Calculador, Elizondo decidió unirse a la causa insurgente. Su arrojo y dedicación le valieron el reconocimiento y llegó a ser el subalterno más destacado de Mariano Jiménez, alcanzando el grado de teniente coronel.

Sin embargo, su ambición era mas grande, y había solicitado a Ignacio Allende el nombramiento de teniente general, Allende no le concedió el ascenso y se incubó en el alma de Elizondo el rencor.

En ese momento decidió abandonar la lucha por la libertad y fraguó un plan para entregar a los jefes caudillos a los realistas.

Con un total resentimiento y ante la derrota del movimiento en el centro, Ignacio Elizondo conociendo la revuelta contrainsurgente de José Manuel Zambrano que había recuperado San Antonio en Texas, decidió encabezar un movimiento similar en Monclova.

Así, el 19 de marzo de 1811, Elizondo entró a Monclova al frente de doscientos soldados. En la noche, tomó preso al gobernador Pedro Aranda, que había sido nombrado por Mariano Jiménez y al grito de ‘Viva el rey’ se apoderó del lugar.

Para entonces, la derrota de Puente de Calderón el 17 de enero de 1811 provocó la huida de los insurgentes hacia el norte. Confiados en pisar territorio liberado y en contar con una fuerza de 1 mil 500 hombres marchaban los insurgentes sin mayor precaución.

Elizondo salió de Monclova con su ejercito y se colocó estratégicamente en Acatita de Baján, “para rendir honores a Hidalgo”. En el lomerío estaba escondido el grueso de sus hombres y tomó presos a Hidalgo y a los demás jefes que no opusieron resistencia. Solo el hijo de Allende intentó defender a la comitiva pero fue asesinado por los hombres de Elizondo. Era el 21 de marzo de 1811.

Hidalgo fue fusilado el el 30 de julio de 1811.

Quedará viva la traición de Ignacio Elizondo.

Nació el 4 de marzo de 1766 en Salinas, Reino de Nuevo León,

Elizondo inició su carrera militar en 1798, después de ser designado en la milicia provincial de Pesquería Grande.

Dos años después fue capitán de los Dragones Provinciales de Lampazos, uno de los presidios militares más importante del noreste de la Nueva España.

En 1810 Hidalgo inició la lucha independentista, y el 6 de enero de 1811 el caudillo insurgente Mariano Jiménez derrotó en Agua Nueva, en los territorios del norte, a un contingente realista y tomó preso al gobernador de la Provincia de Nuevo León, junto con algunos colaboradores. Entre éstos se encontraba el capitán Ignacio Elizondo, entonces oficial realista.

Calculador, Elizondo decidió unirse a la causa insurgente. Su arrojo y dedicación le valieron el reconocimiento y llegó a ser el subalterno más destacado de Mariano Jiménez, alcanzando el grado de teniente coronel.

Sin embargo, su ambición era mas grande, y había solicitado a Ignacio Allende el nombramiento de teniente general, Allende no le concedió el ascenso y se incubó en el alma de Elizondo el rencor.

En ese momento decidió abandonar la lucha por la libertad y fraguó un plan para entregar a los jefes caudillos a los realistas.

Con un total resentimiento y ante la derrota del movimiento en el centro, Ignacio Elizondo conociendo la revuelta contrainsurgente de José Manuel Zambrano que había recuperado San Antonio en Texas, decidió encabezar un movimiento similar en Monclova.

Así, el 19 de marzo de 1811, Elizondo entró a Monclova al frente de doscientos soldados. En la noche, tomó preso al gobernador Pedro Aranda, que había sido nombrado por Mariano Jiménez y al grito de ‘Viva el rey’ se apoderó del lugar.

Para entonces, la derrota de Puente de Calderón el 17 de enero de 1811 provocó la huida de los insurgentes hacia el norte. Confiados en pisar territorio liberado y en contar con una fuerza de 1 mil 500 hombres marchaban los insurgentes sin mayor precaución.

Elizondo salió de Monclova con su ejercito y se colocó estratégicamente en Acatita de Baján, “para rendir honores a Hidalgo”. En el lomerío estaba escondido el grueso de sus hombres y tomó presos a Hidalgo y a los demás jefes que no opusieron resistencia. Solo el hijo de Allende intentó defender a la comitiva pero fue asesinado por los hombres de Elizondo. Era el 21 de marzo de 1811.

Hidalgo fue fusilado el el 30 de julio de 1811.

Quedará viva la traición de Ignacio Elizondo.