La resiliencia de la comunidad puede ser entendida como la capacidad de absorber la presión o las fuerzas destructivas a través de la resistencia o adaptación, la capacidad para gestionar o mantener ciertas funciones y estructuras básicas durante contingencias y la capacidad de recuperación después de un evento (desastre natural).
La Organización de las Naciones Unidas menciona que “Una premisa principal del Acuerdo de París (tratado internacional sobre el cambio climático jurídicamente vinculante) es el consenso respecto a la necesidad de fortalecer la resiliencia frente a los impactos climáticos, con un foco de atención sobre las personas más pobres y vulnerables. Las comunidades más pobres, especialmente las áreas rurales en países en vías de desarrollo, cuentan con menos recursos para hacer frente al aumento de los desastres naturales”.
Todos hemos sido testigos de cómo el Huracán Grace causó estragos materiales y económicos y por supuesto, la pérdida de vidas humanas. En Hidalgo se puso en evidencia la urgencia de mejorar los drenajes y la planeación urbana en general, por ejemplo, tras el paso de fuertes lluvias la Ciudad de Pachuca se inundó y se formaron aún más baches; pero aún los daños totales de la temporada siguen en aumento en todo el territorio.
Por lo anterior, es importante dar seguimiento a la “Estrategia Nacional de Comunidades Resilientes” presentada el 18 de agosto de este año como una herramienta que será de utilidad para que las comunidades implementen acciones de gestión local del riesgo.
La Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), a través del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentaron dicha estrategia.
Sus objetivos fundamentales son: Fortalecer las capacidades locales en Gestión Integral de Riesgos de Desastres mediante la conformación de comités comunitarios que estén capacitados en la reducción de riesgos y en la respuesta ante una emergencia o desastre; Aumentar la resiliencia de las comunidades pues contarán con herramientas de identificación de peligros y Fortalecer capacidades para anticipar, prevenir, preparar, hacer frente y recuperarse del impacto de un fenómeno perturbador de origen natural o antrópico en forma coordinada, organizada, solidaria y corresponsable.
La estrategia se encuentra alineada a metas y objetivos internacionales enfocados en adoptar medidas sobre las tres dimensiones del riesgo de desastre, que permitan prevenir la creación de nuevos riesgos, reducir los riesgos existentes y aumentar la resiliencia.
Según un trabajo denominado “Características de una Comunidad Resiliente ante los Desastres” disponible en línea y el cual recomiendo leer, las comunidades deben desarrollar 5 áreas temáticas: la Gobernabilidad, Evaluación del riesgo, Conocimiento y educación, Gestión de riesgos y reducción de vulnerabilidad, así como la Preparación y respuesta para desastres.
¿Por qué es importante que las comunidades sean resilientes? para proteger la vida, la salud y el patrimonio de las personas, de ahí que debería ser un tema urgente y ampliamente difundido, pues hasta ahora no creo que Hidalgo resista con firmeza los desastres naturales.