Sabemos que las personas que nacen siendo pobres tienen gran probabilidad de morir en esa condición, diversos estudios así lo demuestran, por ejemplo, el Centro de Estudios Espinosa Yglesias en el documento “El México de 2018. Movilidad social para el bienestar” revela que siete de cada diez mexicanos que nacen en familias ubicadas en la parte más baja de la distribución del ingreso no logrará salir a lo largo de su vida de la pobreza.
El informe destaca que con el ritmo de crecimiento de la economía de las últimas dos décadas, el ingreso promedio de la población tardará 70 años o más en duplicarse.
La situación tan lamentable no es exclusiva de nuestro país, de hecho, a nivel mundial existe una tendencia a la acumulación de la riqueza en pocas familias; la organización británica Oxfam, asegura que el 82% de las ganancias que se generaron en el mundo en 2017 fue en beneficio al 1% más rico de la población global pero la mitad más pobre no vio ningún incremento.
Con el primer dato podemos concluir que existen falta de oportunidades y con el segundo que el poder económico está aplastando a los intereses de la mayoría y bajo ese contexto nos hacemos la pregunta ¿De quién es la responsabilidad de luchar contra la pobreza?
Es una responsabilidad compartida entre el pueblo y el gobierno, más específicamente del individuo y de la eficacia de los programas sociales o de desarrollo económico diseñados por la administración pública, misma que usa recursos que provienen del pago de impuestos.
La ONG antes mencionada Oxfam, enlista una serie de factores adicionales que alientan a la desigualdad: la evasión de impuestos, la influencia de las empresas en la política, la erosión de los derechos de los trabajadores y el recorte de gastos. Entonces a la par de acciones para el desarrollo económico el gobierno también debe regular a las grandes empresas y castigar a los políticos corruptos.
El porcentaje de pobreza resume la realidad dentro de cada país o estado, por eso es importante conocer los avances en un periodo de tiempo y compararlo. Afortunadamente existen instituciones dedicadas a estudiar el complejo problema de la pobreza.
Tal es el caso del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el organismo descentralizado dio a conocer que entre 2016 y 2018, en Hidalgo salieron de la pobreza 229 personas al día, 167 mil 700 personas en total de las cuales 115 mil fueron de pobreza moderada y 52 mil 800 de pobreza extrema dentro de la gestión de Omar Fayad.
El porcentaje de población en pobreza se redujo en 6.8 puntos al pasar de 50.6% al 43.8% siendo el segundo estado que más redujo este indicador en el país, el primero fue Aguascalientes.
Las buenas noticias demuestran que si el Gobierno hace su parte, el pueblo aprovecha las oportunidades y con un trabajo conjunto se pueden dar estos resultados históricos.