Fue el Congreso del Estado de México a través del Gobernador Cayetano Gómez y Pérez, el 17 de abril de 1868, que concedió a Tulancingo el título de ciudad, bajo el nombre de Bravo, en memoria del héroe de la Independencia Nicolás Bravo.
Nicolás Bravo Rueda, fue un caudillo del movimiento independentista en México; nacido en la hacienda de Chichihualco, propiedad familiar cercana a Chilpancingo, en Guerrero.
Desde muy joven, en 1811 se unió a la filas de Hermenegildo Galeana y de José María Morelos, desde donde combatió, mostrando gran espíritu de lucha y valentía.
Estuvo presente en la toma de Oaxaca y en el sitio de Cuautla y Acapulco. En agosto de 1812 dio ejemplo de su generosidad, ganándose el título del “Héroe del Perdón”; al indultar y otorgar la libertad a trescientos soldados realistas, quienes habían sido derrotados por sus tropas en San Agustín del Palmar, cerca del puerto de Veracruz.
Entre 1813 y 1814, Nicolás Bravo resguardó a la Junta de Zitácuaro y a los miembros del Congreso de Chilpancingo, apoyando a los constituyentes de Apatzingán, hasta la muerte de Morelos, cuando se debilitó el movimiento.
En los años siguientes Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria tomaron Tulancingo, donde Bravo fundó el periódico El Mosquito Tulancingueño y construyó una fábrica de pólvora, continuando en nuestra ciudad.
En 1817 fue capturado por los realistas; y durante su prisión, permaneció con grilletes en los pies, se dice que era necesario sacarlo en hombros fuera del calabozo para que tomase un poco de sol.
Así permaneció hasta el restablecimiento de la Constitución de Cádiz, que hizo posible la liberación de los presos políticos.
El 13 de octubre de 1820, fue liberado y de inmediato se integró a la guerra de independencia, sumándose al Plan de Iguala. El Congreso Constituyente de 1821 lo nombró miembro de la Regencia, pero al instalarse Agustín de Iturbide como emperador, Bravo retomó la lucha hasta ver instaurada la República.
Fue vicepresidente durante el gobierno de Guadalupe Victoria y tres veces presidente de México: la primera, como interino, duró días, en julio de 1839; la segunda, como sustituto, duró unos meses (de octubre de 1842 a mayo de 1843); la tercera también interinato, abarcó de julio a agosto de 1846.
El nombramiento de Tulancingo como de Bravo, toma mayor relevancia, pues anteriormente había sido nombrada Villa de Tulancingo de Santa Ana, en Honor de Antonio López de Santa Anna, con quien Bravo tuvo un enfrentamiento y una ruptura.
Pues en 1847, Bravo fue hecho prisionero tras encabezar la heroica defensa del Castillo de Chapultepec. Cuando Santa Anna lo acusó de esconderse y ser un traidor, Bravo solicitó ser juzgado para poder salvar públicamente su honor y su dignidad, invocando con ello un derecho fundamental, que encontramos tanto en el artículo 14 de nuestra Constitución Política mexicana, como en el 8.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Tras este episodio, y salvar su honor, Nicolás Bravo se retiró a su hacienda de Chichihualco, donde murió el 22 de abril de 1854, sin embargo se sospecha sobre su envenenamiento, pues tres horas después, su esposa también murió.
Nicolás Bravo fue declarado Benemérito de la Patria. Sus restos reposan en la Columna de la Independencia, en la Ciudad de México.
En la celebración de los 155 años de Tulancingo de Bravo como ciudad, recordamos con mucho orgullo a este héroe de la patria, a quien conmemoramos nombrando la sala del Cabildo de Tulancingo como “General Nicolás Bravo Rueda”.