Desde la época prehispánica, el valle de Tulancingo se había distinguido por la maestría de sus artesanos para la elaboración de prendas de vestir; testigo de ello es la lámina diez de la matrícula de tributos, donde se contabilizaba el número de prendas que se debía entregar como tributo a la triple alianza, formada por Tlacopan, Texcoco y Tenochtitlan.

Otro vestigio de esa tradición textilera en la región, son el sinnúmero de malacates que pueden ser encontrados, en las zonas arqueológicas de la región, como Huapalcalco y Zazacuala; mismos que era utilizados para la elaboración de hilos de lana.

Posterior a la llegada de los españoles a Mesoamérica, Tulancingo siguió fungiendo como tributario, y la elaboración de prendas continuó, pero ahora para los europeos.

Tras la lucha de Independencia, y en un terreno fértil para la aparición de nuevas industrias, en Tulancingo, la Textil se desarrolló rápidamente, permitiendo la aparición de diversas factorías dedicadas a la elaboración textil.

La gran calidad de las prendas, permitió a Tulancingo y la región, ser ejemplo en la nación y el mundo; lo que provocó que el Presidente Venustiano Carranza, en enero de 1918, visitara las factorías de la ciudad, para implementar su tecnología y estrategias en otras regiones del país.

Continuando con esa tradición, y con el objetivo de promover los productos locales de grandes y pequeños productores, es que del 17 al 19 de noviembre se realizará, en el jardín La Floresta, la Muestra Textil y Artesanal del Valle de Tulancingo 2023.

Con más de 100 expositores, en el corazón de nuestra ciudad, visitantes y locales podrán adquirir productos de muy alta calidad, a precios de fabricantes.

En 2022, se tuvo una derrama económica por 7 millones de pesos y se superaron los 15 mil visitantes; para este año pretendemos que más personas visiten nuestra ciudad, en beneficio de nuestros productores.

Además de un foro cultural, también contaremos con la participación de artesanos de estados Puebla, Guerrero, Michoacán y Estado de México.

Tulancingo tiene una vocación económica, artesanal y productora, lo que nos hace gente de bien y trabajadora; que ofrece sus productos a precios accesibles, y con la mejor manufactura, rubricada por nuestra historia.