Ayer la militancia del PAN eligió a la planilla que dirigirá su rumbo en los próximos tres años.
La contienda entre Adriana Dávila y Jorge Romero no fue fácil. Los debates fueron ríspidos en muchas ocasiones, pero nos hicieron reflexionar acerca de lo que el PAN debe y lo que no debe ser.
La participación de menos del 50% de la militancia en la jornada electoral de ayer, es una fuerte llamada de atención: más de la mitad de las y los panistas no encontraron motivación para participar en la elección de nuestra dirigencia nacional. Eso no puede volver a ocurrir
Con Jorge Romero al frente de Acción Nacional, la misión sigue siendo la misma: unir, renovar, ganar.
El Partido Acción Nacional como instrumento de interés público al servicio de la ciudadanía, debe adecuarse a la actualidad y hacer suyas las demandas ciudadanas; debe convertirse en un partido que promueva la participación política de sus militantes, de la ciudadanía en general, pero en especial de aquellas personas que ven en el abstencionismo una opción; necesitamos ampliar nuestra militancia, para lograrlo debemos asegurarnos de que la afiliación sea sencilla para evitar que quienes quieran unirse al PAN, se encuentren con un procedimiento tortuoso e interminable.
La inclusión ciudadana en nuestras decisiones es de vital importancia, por eso Jorge Romero propone que se realicen elecciones primarias para que la ciudadanía tenga la posibilidad de elegir a las y los candidatos del PAN.
Debemos aprender a comunicarnos mejor, a difundir la eficiencia de nuestros gobiernos, que sin duda alguna son, por mucho, los mejores de todo el país.
El PAN debe ser la oposición que represente de manera efectiva al 46% de la población que rechaza a Morena; un PAN que retome los principios y valores que le dieron origen; un PAN que recupere el liderazgo moral que lo caracterizó desde su fundación y que fue perdiendo por los actos de corrupción de unos cuantos, esos que se purificaron yéndose al partido del gobierno; un partido del que las y los panistas nos volvamos a sentir orgullosos y tomados en cuenta; un PAN de reglas claras; el PAN del auténtico humanismo político que otros, burdamente falsifican, llamándole humanismo mexicano.
Tal ha sido el impacto del triunfo de Jorge Romero que hoy la presidenta Sheinbaum, teniendo tantos asuntos importantes que atender, le dedicó parte de su mañanera, lo acusó y calumnió de una manera que solo se explica por el temor que le genera la convicción de que nuestro virtual presidente nacional hará de nuestro instituto político una opción más competitiva y ganadora. A los ataques de la Primera Mandataria se unió Luisa María Alcalde, presidenta de Morena, siguiendo el mismo guión falso y porril.
Ante ello, solo nos queda trabajar arduamente para lograr la unidad que tanta falta nos hace y que todos pongamos al servicio de Acción Nacional y de México nuestras cualidades y experiencia para que, en un trabajo conjunto con Romero, logremos la patria ordenada y generosa que todos queremos.
En Acción Nacional nadie sobra, en el PAN cabemos todas y todos.