/ lunes 3 de octubre de 2022

20 años, 20 mujeres en el FICM | Luna Marián, una voz de la diversidad mexicana

Luna Marán ha contribuido a la creación de proyectos con una perspectiva comunitaria de género

MORELIA. Las voces en el cine son muy diversas, ejes, temas, historias, y perspectivas llegan a distintos públicos, y cada día han ido abriéndose paso entre la amplia oferta y competencia comercial. Dentro de las cineastas mexicanas que han ido marcando camino y abriendo puertas para las generaciones venideras, se encuentra Luna Marán, originaria de Guelatao de Juárez, Oaxaca, quien se suma al proyecto de la Organización Editorial de México (OEM), 20 años, 20 mujeres en el FICM, compendio con el cual celebramos las dos décadas del Festival Internacional de Cine de Morelia, y la importancia de la figura femenina que ha enriquecido a este encuentro cinematográfico.

Pero ¿quién es Luna Martínez Andrade, mejor conocida como Luna Marán? Ella, es parte de la segunda generación de cineastas de su comunidad y ha logrado contribuir, a la formación y exhibición de proyectos culturales en el cine, con una perspectiva comunitaria de género y de representación digna. Además también se ha desempeñado en cuatro cargos comunitarios en su natal Guelatao.

Te puede interesar: 20 Años 20 Mujeres en el FICM | Astrid Rondero y Fernanda Valadez, una mancuerna poderosa del cine nacional

Su paso por el FICM ha dejado huella, pues en 2019, en la edición 17, participó en el Foro cineastas indígenas mexicanas, posteriormente regresó en 2020, al conversatorio que llevó por nombre: Cineastas indígenas mexicanas: identidad y nuevas narrativas.

“Primero que nada quiero felicitar al FICM por estos 20 años, no es nada fácil sostener un proyecto de cine mexicano, y aquí hay diversidad, han tenido la línea de los Pueblos Indígenas muy presente, abriendo así, la ventana para las distintas culturas que hay en México. Sé que están en su mejor momento pues con todo y pandemia, lograron consolidarse y mantener al público cinéfilo como el que existe en Morelia”.

No solo son las alfombras rojas y las galas con las que muchos identifican al FICM, pues más allá de eso, existe un proyecto de suma valía que a lo largo de estas primeras dos décadas se ha ido trabajando y proyectando en la televisión pública: la importancia cultural, y la difusión a trabajos y propuestas como el de Luna Marán.

“Una de las cosas que son muy afortunadas es el trabajo de promoción cultural que hace el FICM, y ahí están los proyectos que están fuera pero a la par, como Cine para Todxs y el Compendio de cineastas, que son proyectos de promoción al trabajo de las directoras y directores que estamos fuera del estado de Michoacán pero con un alcance nacional”, explicó la Cofundadora del Campamento Audiovisual Itinerante, realizado en su natal Oaxaca, de 2012 a 2019.

Al no radicar ni estar en la Ciudad de México, sino localizarse al interior del país, ¿cuáles han sido los retos a los que se ha tenido que enfrentar para, desde una comunidad zapoteca -donde por cierto, nació Benito Juárez-, poder cobrar fuerza y hacer eco de la perspectiva comunitaria de género y sobre todo, con representación digna?

“Esta es una pregunta no fácil de contestar, pues para hacerlo, hay que mencionar el racismo que existe en el país, que se ha convertido en un tabú y muchas personas prefieren no hablarlo, yo creo que lo que puede ser complejo para alguien que tiene una historia como la mía, y que la mayoría de las personas de este país tenemos la misma historia, es por provenir de culturas originarias. Aunque estoy agradecida de tener una comunidad que me ha enseñado a trabajar y a ser responsable con las demás comunidades”.

Respecto a la discriminación que ha vivido, puntualizó: “En este país, el 80% de las personas morenas o prietas, hemos vivido discriminación y quien no lo haya experimentado, ¡que me explique cómo lo hizo! Esto no es un asunto particular, somos muchas personas en México que no hemos tenido garantizada la educación básica, universitaria, o no hemos tenido garantizado el empleo y servicios médicos. El racismo es estructural y cruza todas las áreas de nuestras vidas”.

Importancia de crear emociones

Para Luna, es de suma importancia crear emociones, retratar la nostalgia y el camino hacia la búsqueda del ser, adicionada con la narración audiovisual.

“El arte es el alimento del espíritu y hay muchas formas de alimentarse. Está la comida chatarra, la rápida, la tradicional y hay otra balanceada que te alimenta, entonces yo siento que el trabajo que estoy haciendo con todas las personas que me acompañan en estos procesos, es justamente alimentar al espíritu a través de construir memoria histórica, necesitamos representar los conflictos, pues el ser humano tiene errores, se equivoca, y para mí, la posibilidad que nos dan las historias, es aprender de esos errores, levantarnos y hacer nuevos caminos”.

Pero ¿dónde se puede ver el trabajo de Luna? “Lo que estoy tratando de hacer es compartir las películas en todas las plataformas digitales donde podamos colocarlas, algunas dicen que sí, otras dicen que no. Pero lo importante es que estamos trabajando para hacerlas accesibles. Próximamente lanzaremos de manera pública al menos Tío Yim, y La Revuelta, las cuales hablan de la figura del padre ausente, y una colectiva feminista que existió entre 1975 y 1983, respectivamente”, respondió Marán, quien fue nominada a los Arieles en 2018 por la cinta Los años azules, en la categoría de Ópera Prima.

Sus retos: La Revuelta y Chicharras, el feminismo y la defensa del territorio

Entre los proyectos en puerta que tiene Luna Marán se encuentran Chicharras, la película que estará lista a finales de 2023, y la cual es un homenaje a todas las mujeres que defienden el territorio en el mundo, “que defienden la vida y usan su cuerpo para defenderlo, para mí ellas son las grandes heroínas de esta época, y quienes hacen posible la vida. Creo que esa posibilidad de hacerles este homenaje, es una responsabilidad que asumo como alguien que ha crecido cerca de ellas y las ha visto desarrollarse”.

Mientras que el documental La Revuelta, retrata el andar de una colectiva feminista que existió de 1975 y 1983, y que creó el primer periódico feminista de México, con la intención de difundir las ideas y la ampliación de base social de este movimiento.

“Es un tema importante, un tema urgente para construir la memoria histórica del movimiento más importante de todo el mundo que es por parte de las mujeres. La vida me puso en el lugar indicado para contribuir con mi granito de arena y estar en este movimiento social”.

Quiere colaborar con los cineastas michoacanos

Mientras el trabajo de Luna Marán sigue resonando a nivel nacional, ¿en algún momento se ha planteado filmar en Michoacán?

“No lo he pensado, ahí hay muchos cineastas que respeto, admiro y son talentosísimos, más bien yo esperaría a que alguno de ellos si hace un proyecto, me invite, y si me gusta la fiesta cinematográfica que hace, ahí estaré. En lo de mientras, en los próximos meses estoy dedicada a producir una película de ficción de cine erótico queer en Guadalajara, y el próximo año estaré produciendo una película de ficción en una comunidad de Oaxaca”.

Respecto a si en este 2022, visitará de nueva cuenta Morelia para compartir experiencias con cineastas y con el público, respondió: “Justo salió la selección oficial del FICM, y yo estoy produciendo la Ópera Prima de Rafael Ruiz Espejo quien la estrenará con ustedes, además estarán algunos ex alumnos del Campamento Audiovisual Itinerante, y quienes estrenarán sus películas en la sección Cine Documental, entonces hay muchas razones por las que posiblemente esté físicamente con ustedes, esta es una fiesta que uno no se quiere perder”.

Mientras esta oportunidad de trabajar con cineastas michoacanos llega, ella sigue trabajando en su Guelatao, Oaxaca, y abriéndole las puertas al talento local, como lo hizo en Chicharras, al trabajar con 93 actores debutantes que se unieron a un equipo con experiencia.

“El cine mexicano vive hoy en día, uno de sus grandes momentos, no solo porque estamos produciendo muchas películas, sino porque también estamos escuchando otro tipo de historias”, Luna Marán.



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Disponible en: Acast, Spotify, Apple Podcasts, Google Podcasts, Deezer y Amazon Music

MORELIA. Las voces en el cine son muy diversas, ejes, temas, historias, y perspectivas llegan a distintos públicos, y cada día han ido abriéndose paso entre la amplia oferta y competencia comercial. Dentro de las cineastas mexicanas que han ido marcando camino y abriendo puertas para las generaciones venideras, se encuentra Luna Marán, originaria de Guelatao de Juárez, Oaxaca, quien se suma al proyecto de la Organización Editorial de México (OEM), 20 años, 20 mujeres en el FICM, compendio con el cual celebramos las dos décadas del Festival Internacional de Cine de Morelia, y la importancia de la figura femenina que ha enriquecido a este encuentro cinematográfico.

Pero ¿quién es Luna Martínez Andrade, mejor conocida como Luna Marán? Ella, es parte de la segunda generación de cineastas de su comunidad y ha logrado contribuir, a la formación y exhibición de proyectos culturales en el cine, con una perspectiva comunitaria de género y de representación digna. Además también se ha desempeñado en cuatro cargos comunitarios en su natal Guelatao.

Te puede interesar: 20 Años 20 Mujeres en el FICM | Astrid Rondero y Fernanda Valadez, una mancuerna poderosa del cine nacional

Su paso por el FICM ha dejado huella, pues en 2019, en la edición 17, participó en el Foro cineastas indígenas mexicanas, posteriormente regresó en 2020, al conversatorio que llevó por nombre: Cineastas indígenas mexicanas: identidad y nuevas narrativas.

“Primero que nada quiero felicitar al FICM por estos 20 años, no es nada fácil sostener un proyecto de cine mexicano, y aquí hay diversidad, han tenido la línea de los Pueblos Indígenas muy presente, abriendo así, la ventana para las distintas culturas que hay en México. Sé que están en su mejor momento pues con todo y pandemia, lograron consolidarse y mantener al público cinéfilo como el que existe en Morelia”.

No solo son las alfombras rojas y las galas con las que muchos identifican al FICM, pues más allá de eso, existe un proyecto de suma valía que a lo largo de estas primeras dos décadas se ha ido trabajando y proyectando en la televisión pública: la importancia cultural, y la difusión a trabajos y propuestas como el de Luna Marán.

“Una de las cosas que son muy afortunadas es el trabajo de promoción cultural que hace el FICM, y ahí están los proyectos que están fuera pero a la par, como Cine para Todxs y el Compendio de cineastas, que son proyectos de promoción al trabajo de las directoras y directores que estamos fuera del estado de Michoacán pero con un alcance nacional”, explicó la Cofundadora del Campamento Audiovisual Itinerante, realizado en su natal Oaxaca, de 2012 a 2019.

Al no radicar ni estar en la Ciudad de México, sino localizarse al interior del país, ¿cuáles han sido los retos a los que se ha tenido que enfrentar para, desde una comunidad zapoteca -donde por cierto, nació Benito Juárez-, poder cobrar fuerza y hacer eco de la perspectiva comunitaria de género y sobre todo, con representación digna?

“Esta es una pregunta no fácil de contestar, pues para hacerlo, hay que mencionar el racismo que existe en el país, que se ha convertido en un tabú y muchas personas prefieren no hablarlo, yo creo que lo que puede ser complejo para alguien que tiene una historia como la mía, y que la mayoría de las personas de este país tenemos la misma historia, es por provenir de culturas originarias. Aunque estoy agradecida de tener una comunidad que me ha enseñado a trabajar y a ser responsable con las demás comunidades”.

Respecto a la discriminación que ha vivido, puntualizó: “En este país, el 80% de las personas morenas o prietas, hemos vivido discriminación y quien no lo haya experimentado, ¡que me explique cómo lo hizo! Esto no es un asunto particular, somos muchas personas en México que no hemos tenido garantizada la educación básica, universitaria, o no hemos tenido garantizado el empleo y servicios médicos. El racismo es estructural y cruza todas las áreas de nuestras vidas”.

Importancia de crear emociones

Para Luna, es de suma importancia crear emociones, retratar la nostalgia y el camino hacia la búsqueda del ser, adicionada con la narración audiovisual.

“El arte es el alimento del espíritu y hay muchas formas de alimentarse. Está la comida chatarra, la rápida, la tradicional y hay otra balanceada que te alimenta, entonces yo siento que el trabajo que estoy haciendo con todas las personas que me acompañan en estos procesos, es justamente alimentar al espíritu a través de construir memoria histórica, necesitamos representar los conflictos, pues el ser humano tiene errores, se equivoca, y para mí, la posibilidad que nos dan las historias, es aprender de esos errores, levantarnos y hacer nuevos caminos”.

Pero ¿dónde se puede ver el trabajo de Luna? “Lo que estoy tratando de hacer es compartir las películas en todas las plataformas digitales donde podamos colocarlas, algunas dicen que sí, otras dicen que no. Pero lo importante es que estamos trabajando para hacerlas accesibles. Próximamente lanzaremos de manera pública al menos Tío Yim, y La Revuelta, las cuales hablan de la figura del padre ausente, y una colectiva feminista que existió entre 1975 y 1983, respectivamente”, respondió Marán, quien fue nominada a los Arieles en 2018 por la cinta Los años azules, en la categoría de Ópera Prima.

Sus retos: La Revuelta y Chicharras, el feminismo y la defensa del territorio

Entre los proyectos en puerta que tiene Luna Marán se encuentran Chicharras, la película que estará lista a finales de 2023, y la cual es un homenaje a todas las mujeres que defienden el territorio en el mundo, “que defienden la vida y usan su cuerpo para defenderlo, para mí ellas son las grandes heroínas de esta época, y quienes hacen posible la vida. Creo que esa posibilidad de hacerles este homenaje, es una responsabilidad que asumo como alguien que ha crecido cerca de ellas y las ha visto desarrollarse”.

Mientras que el documental La Revuelta, retrata el andar de una colectiva feminista que existió de 1975 y 1983, y que creó el primer periódico feminista de México, con la intención de difundir las ideas y la ampliación de base social de este movimiento.

“Es un tema importante, un tema urgente para construir la memoria histórica del movimiento más importante de todo el mundo que es por parte de las mujeres. La vida me puso en el lugar indicado para contribuir con mi granito de arena y estar en este movimiento social”.

Quiere colaborar con los cineastas michoacanos

Mientras el trabajo de Luna Marán sigue resonando a nivel nacional, ¿en algún momento se ha planteado filmar en Michoacán?

“No lo he pensado, ahí hay muchos cineastas que respeto, admiro y son talentosísimos, más bien yo esperaría a que alguno de ellos si hace un proyecto, me invite, y si me gusta la fiesta cinematográfica que hace, ahí estaré. En lo de mientras, en los próximos meses estoy dedicada a producir una película de ficción de cine erótico queer en Guadalajara, y el próximo año estaré produciendo una película de ficción en una comunidad de Oaxaca”.

Respecto a si en este 2022, visitará de nueva cuenta Morelia para compartir experiencias con cineastas y con el público, respondió: “Justo salió la selección oficial del FICM, y yo estoy produciendo la Ópera Prima de Rafael Ruiz Espejo quien la estrenará con ustedes, además estarán algunos ex alumnos del Campamento Audiovisual Itinerante, y quienes estrenarán sus películas en la sección Cine Documental, entonces hay muchas razones por las que posiblemente esté físicamente con ustedes, esta es una fiesta que uno no se quiere perder”.

Mientras esta oportunidad de trabajar con cineastas michoacanos llega, ella sigue trabajando en su Guelatao, Oaxaca, y abriéndole las puertas al talento local, como lo hizo en Chicharras, al trabajar con 93 actores debutantes que se unieron a un equipo con experiencia.

“El cine mexicano vive hoy en día, uno de sus grandes momentos, no solo porque estamos produciendo muchas películas, sino porque también estamos escuchando otro tipo de historias”, Luna Marán.



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