Con el objetivo de adentrarse y proyectar las raíces culturales, problemáticas sociales y la actualidad de la comunidad coreana mediante el arte, el Museo Nacional de las Culturas del Mundo ubicado en pleno corazón del Centro Histórico, abrió sus puertas a la exposición temporal Tres espejos de Corea, integrada por 17 obras entre pinturas e instalaciones.
Con piezas de los artistas Seahyun Lee, Jaerok Jang y Minseok Chi, la muestra que contó con la curaduría del crítico Jinmyung Lee, es respaldada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en colaboración con el Centro Cultural Coreano y la Embajada de Corea en México.
El título de la exhibición, responde a tres formas de interpretar el mundo por parte de los mencionados artistas con la intención de que sean conocidos y apreciados en nuestro país, como en Asia se conocen las obras de los artistas mexicanos como Diego Rivera, trascendió en la apertura de la muestra.
En ese sentido, el curador Jinmyung Lee considera que Tres espejos de Corea, patentiza que además de ser un país económicamente fuerte, sus costumbres ancestrales permanecen y lo demuestra el uso de la tinta y otras técnicas que distinguen las manifestaciones artísticas asiáticas.
Por su parte, Jang considera importante representar parte del pasado que se ha perdido en su país como los bosques y montañas las cuales se convirtieron en grandes ciudades. Mientras que el artista Minseok Chi plasma en su obra su influencia budista, pues para él todos los hombres pueden ser Buda.
Seahyun Lee nació en 1967 en la isla de Geoje, al sur de Corea. Realizó sus estudios de pintura en la Universidad Hongik, así como un posgrado en la Universidad Chelsea en Londres. Asimismo, ha compartido su trabajo en las galerías Pearl Lam de Hong Kong y Atelier Aki, en Londres, al igual que en el Museo Total de Arte Contemporáneo de Seúl.
Su obra se caracteriza por el color rojo, con el cual plasma montañas, espacios acuáticos y rostros tristes de los habitantes coreanos que reflejan la historia moderna del país, justo después de la guerra en los años 50 y la división de la península por la mitad. Por lo tanto, su propuesta genera un contraste entre la desilusión de los tiempos modernos y la belleza de la naturaleza característica de su país.
Jaerok Jang es egresado de la facultad de arte de la Universidad Dankook y estudió un posgrado en Pintura Oriental en la Universidad de Hongik. Nació en 1978 y posicionó su trabajo artístico a mediados y finales de los años 2000, siendo la pintura y la instalación dos de sus líneas más fuertes.
Su producción está encaminada a plasmar con realismo los símbolos del capitalismo y el lujo, la velocidad de la vida y el deseo de consumo, a consecuencia de la industrialización en Corea del Sur desde la década de los 60. Veleros, autos, joyas, son pintados por Jang como un retrato sofisticado y crítico de la sociedad actual coreana.
Mientras que Minseok Chi adquirió sus conocimientos de arte en la Universidad Sungkyunkwan. Actualmente reside en México, pues migró junto con su esposa, originaria de este país y a quien conoció durante su periodo estudiantil en la universidad. Hecho que le permitió mostrar su trabajo en su nuevo hogar y otros países latinos como Ecuador.
Su arte está fuertemente inspirado por el budismo, es por ello que tanto sus pinturas como sus instalaciones retoman la figura de Buda y otros símbolos de esta filosofía nacida en Asia. Botellas de plástico, objetos que ya no tienen vida útil y trazos abstractos plasman de manera contemporánea las imágenes budistas, mediando así entre el valor tradicional y la sociedad moderna.
Algunas de sus obras fueron expuestas en abril de 2017 en el Centro Cultural Coreano de la Ciudad de México. Ahora junto a los artistas Seahyun Lee y Jaerok Jang, su obra se presentará en la ciudad de La Habana, en Cuba, después de visitar el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, en cuyo recinto permanecerá la muestra hasta el próximo 30 de septiembre.
El Museo Nacional de las Culturas del Mundo se ubica en la calle Moneda N° 13, Centro Histórico de la Ciudad de México, a una cuadra del Metro Zócalo. Entrada libre.