/ domingo 24 de marzo de 2019

Levantamiento contra la Corona Española

VALIENTES DE TUTOTEPEC

Hace aproximadamente 250 años, 15 pueblos otomíes se levantaron en contra de la corona de la Nueva España, encabezados por valientes indígenas de Tutotepec, lo cual preocupó al obispo de Puebla, al arzobispo de la ciudad de México, incluso al virrey marqués de Croix y a Pedro Romero de Terreros.

El acalde mayor de Tulancingo, Pedro Joseph de Leoz, de quien dependía Tutotepec, escribió tres informes al virrey en 1769, primero el 20 de junio, luego el 31 de agosto y el último fechado el 12 de septiembre.

La zona de la insurrección de 1769, correspondía principalmente al antiguo reino otomí de Tutotepec, quienes habían logrado mantenerse independiente del imperio azteca y luchó enérgicamente contra los españoles; las principales comunidades de la zona eran Pahuatlán, Santa Ana Hueytlalpan, Tenango, Huehuetla, Naupan y San Pedro Tlachichilco.

Entre las causas del levantamiento otomí, se encuentran las ideas del autoritarismo ilustrado de la monarquía de los borbones que en un decreto decidió que todas las doctrinas en las que oficiaran religiosos debían pasar a manos del clero secular; por lo que el obispo de Huauchinango se convirtió en el personaje principal y empezó a nombrar curas en Tutotepec, Tenango, Huehuetla, y Pahuatlán.

Es importante señalar que el levantamiento otomí fue casi 5 meses antes del motín del Real del Monte, en la mina Vizcaína de Pedro Romero de Terreros, ya que el primer enfrentamiento otomí contra los curas fue entre marzo y abril de 1766, incluso prendieron fuego a una iglesia.

Fueron variados los enfrentamientos, sin que los españoles pudieran controlar la revuelta, fue hasta la cuaresma de 1769, que el alcalde mayor de Tulancingo supo sobre “un viejo indio inquietante, que se hacía llamar Diego”.

Comenzó a realizarse los preparativos para un ataque al santuario otomí de cerro Azul, por lo que eligieron un día que no hubiera demasiados adversarios en la cima del cerro.

Después de una fiesta se pudo calcular que el grueso de la guardia era solo de 230 hombres; el 20 de agosto, las fiestas en la cima habían terminado y se decidió atacar en la noche del lunes 21 de agosto al martes 22 de agosto de 1769.

Los españoles se armaron con 100 hombres de habla española, 60 de Tenango, 25 de Tutotepec y 5 de San Mateo. Con machetes y algunas armas de fuego, tuvieron que retrasar el ataque, ya que se hizo presente un aguacero torrencial que duró más de 5 horas.

A las 10 de la noche, el centenar de asaltantes, llegaron a un lugar donde ya no había camino, alcanzaron la cima hasta la noche del martes 22 de agosto, cerca de las tres de la mañana, los 200 indígenas fueron sorprendidos a pesar de que contraatacaron con gran valor y arrojo, lo que llevo a una batalla de dos horas.

Después el alcalde de Tulancingo entablo negociaciones con los pueblos sublevados por medio de la traducción de un criollo llamada Manuel Gómez.

Como recompensa Romero de Terreros entrego 1000 pesos al alcalde mayor de Tulancingo y en una carta del virrey lo felicitaba por haber acabado con la revuelta y lo autorizaba a utilizar el dinero para recompensar a aquellos que habían participado en la pacificación de los Rebeldes de Tutotepec.

Hace aproximadamente 250 años, 15 pueblos otomíes se levantaron en contra de la corona de la Nueva España, encabezados por valientes indígenas de Tutotepec, lo cual preocupó al obispo de Puebla, al arzobispo de la ciudad de México, incluso al virrey marqués de Croix y a Pedro Romero de Terreros.

El acalde mayor de Tulancingo, Pedro Joseph de Leoz, de quien dependía Tutotepec, escribió tres informes al virrey en 1769, primero el 20 de junio, luego el 31 de agosto y el último fechado el 12 de septiembre.

La zona de la insurrección de 1769, correspondía principalmente al antiguo reino otomí de Tutotepec, quienes habían logrado mantenerse independiente del imperio azteca y luchó enérgicamente contra los españoles; las principales comunidades de la zona eran Pahuatlán, Santa Ana Hueytlalpan, Tenango, Huehuetla, Naupan y San Pedro Tlachichilco.

Entre las causas del levantamiento otomí, se encuentran las ideas del autoritarismo ilustrado de la monarquía de los borbones que en un decreto decidió que todas las doctrinas en las que oficiaran religiosos debían pasar a manos del clero secular; por lo que el obispo de Huauchinango se convirtió en el personaje principal y empezó a nombrar curas en Tutotepec, Tenango, Huehuetla, y Pahuatlán.

Es importante señalar que el levantamiento otomí fue casi 5 meses antes del motín del Real del Monte, en la mina Vizcaína de Pedro Romero de Terreros, ya que el primer enfrentamiento otomí contra los curas fue entre marzo y abril de 1766, incluso prendieron fuego a una iglesia.

Fueron variados los enfrentamientos, sin que los españoles pudieran controlar la revuelta, fue hasta la cuaresma de 1769, que el alcalde mayor de Tulancingo supo sobre “un viejo indio inquietante, que se hacía llamar Diego”.

Comenzó a realizarse los preparativos para un ataque al santuario otomí de cerro Azul, por lo que eligieron un día que no hubiera demasiados adversarios en la cima del cerro.

Después de una fiesta se pudo calcular que el grueso de la guardia era solo de 230 hombres; el 20 de agosto, las fiestas en la cima habían terminado y se decidió atacar en la noche del lunes 21 de agosto al martes 22 de agosto de 1769.

Los españoles se armaron con 100 hombres de habla española, 60 de Tenango, 25 de Tutotepec y 5 de San Mateo. Con machetes y algunas armas de fuego, tuvieron que retrasar el ataque, ya que se hizo presente un aguacero torrencial que duró más de 5 horas.

A las 10 de la noche, el centenar de asaltantes, llegaron a un lugar donde ya no había camino, alcanzaron la cima hasta la noche del martes 22 de agosto, cerca de las tres de la mañana, los 200 indígenas fueron sorprendidos a pesar de que contraatacaron con gran valor y arrojo, lo que llevo a una batalla de dos horas.

Después el alcalde de Tulancingo entablo negociaciones con los pueblos sublevados por medio de la traducción de un criollo llamada Manuel Gómez.

Como recompensa Romero de Terreros entrego 1000 pesos al alcalde mayor de Tulancingo y en una carta del virrey lo felicitaba por haber acabado con la revuelta y lo autorizaba a utilizar el dinero para recompensar a aquellos que habían participado en la pacificación de los Rebeldes de Tutotepec.

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