Tres petrograbados, han sido encontrados en los últimos tres años en comunidades de Santiago Tulantepec, los cuales ya han sido documentados y geo-referenciados por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH.
El primero, fue hallado en el área verde de la comunidad “Satélites” en la parte alta del municipio en diciembre del 2016, donde en una roca que parece un lienzo rectangular con un ancho de alrededor de un metro, se encuentra marcadas dos espirales unidos por una misma línea.
Tanto las pinturas rupestres como los petrograbados o petroglifos conforman el llamado arte rupestre y se encuentran profusamente en el territorio hidalguense.
“Generalmente relacionamos estas manifestaciones con grupos que habitaron el norte del país; sin embargo, en el centro también están presentes, y se caracterizan por una gran cantidad y diversidad de motivos”, relata la arqueóloga Carmen Lorenzo Monterrubio en su artículo “Arte rupestre en el estado de Hidalgo”.
Otro petroglifo fue encontrado el 22 de diciembre del 2018, en la comunidad de Los Romeros, con la particularidad de estar rodeado de restos de obsidiana gris y lajas de este material volcánico. Y al igual que el primero, la figura grabada en la roca está trazada por una sola línea haciendo una especie de espiral.
El tercero fue encontrado en el mes de abril del 2018 en un predio particular, en una roca que fue extraída de la zona arqueológica de Zazacuala.
La figura plasmada en esta roca era una caracola, la cual fue intervenida por los vecinos del lugar, quienes creyeron que eran ojos y le cincelaron una nariz y boca.
Las piezas ya han sido visitadas por los arqueólogos del INAH, Alfonso Torres y Nadia Vélez.
Es importante recalcar que, en el valle de Tulancingo, los petroglifos encontrados en Romeros, Satélites y Zazacuala son únicos, ya que los más cercanos de los que hay referencia son los de la zona arqueológica del Xihuingo en Tepeapulco.