Vivimos en un mundo erotizado, y pareciera que esa sobrexposición al sexo en la que estamos inmersos fuera causalidad de un contexto de vulnerabilidad para el ejercicio de la sexualidad.
“Venus en la piel” es una obra que habla de masoquismo, de la objetivación del cuerpo, de relaciones de poder y sumisión, de violencia; física y emocional. La obra de David Ives es, por lo menos, la posibilidad de reflexionar en torno al ejercicio del poder dentro de la sexualidad. Es casi un ensayo sobre la provocación.
Traer a México “Venus en la piel”, en pleno 2017, es una oportunidad de dialogar con el público en torno a una resignificación del poder dentro de las relaciones humanas.
Gabriela Zas Montero y Gerardo Trejo Luna son dos actores de gran talento y amplia trayectoria, que bajo la cuidadosa dirección de Angélica Rogel podrán adentrarse en la complejidad de este texto.
Todo inicia cuando después de un largo día de audiciones, Tomás se lamenta por el poco empeño e interés que han mostrado los candidatos.
Pareciera que nadie tiene el nivel necesario para asumir el liderazgo del reparto. cuando aparece Vanda, un torbellino de energía desenfrenada y descarada. Vanda tiene todo lo que Tomás odia.
Es vulgar, sin cerebro y no se detendrá ante nada hasta conseguir el papel. Tomás le da una oportunidad para mostrar su talento y Vanda le sorprende con una increíble metamorfosis.
Provista de accesorios y disfraces, entiende a la perfección el personaje y ha memorizado cada línea del guion. Mientras la prueba se alarga, la intensidad entre ellos se incrementa y la atracción se convierte en una obsesión para el joven. Lo demás, lo descubrirás en el escenario...