“Chícharo” Olvera, formador de futbolistas en la región de Tulancingo

Fue un técnico exigente pero preocupado siempre por el crecimiento de sus pupilos

Jesús Riveros / El Sol de Tulancingo

  · lunes 30 de septiembre de 2024

En los Verdes de Santiago Tulantepec, Efraín Olvera dio oportunidad a los jóvenes de la región / Jesús Riveros / El Sol de Tulancingo

Con más de 40 años como entrenador de fútbol, de los cuales, 27 lo hizo de forma profesional, Efraín “Chícharo” Olvera es reconocido como el primer técnico de Tulancingo y la región que se dio a la tarea de formar una gran cantidad de jugadores locales que alcanzaron el profesionalismo, y muchos de ellos se dedican actualmente al fútbol, en diversos aspectos, o son empresarios o profesionistas.

Edgar Eduardo González López, actualmente director técnico del Alto Rendimiento Tuzo del Pachuca, en la Tercera División Profesional, señaló al respecto que Efraín Olvera es sin duda quien le motivó para dedicarse ahora al fútbol como forma de vida.

“Lo conozco desde el 2006, cuando empezaba a entrenar en una escuela de los Rayos, ahí en Tulancingo, él era el coordinador de la escuela y después el fútbol nos volvió a juntar en el 2010, en el equipo de Tercera División de Santiago Tulantepec, donde tuve una corta pero significativa carrera como jugador y él estaba ahí como director técnico”, narró.

“Sin duda él es uno de mis grandes mentores, es por él que descubro esta pasión por la táctica, por la motivación con los jugadores, por la planificación de los entrenamientos, por el compromiso y la entrega absoluta que siempre mostró durante su cargo, eso es lo que me ha marcado hasta ahora, en esta joven carrera como entrenador”, señaló.

Agregó que el entrenador destacó por la forma en que vive el fútbol día a día con sus equipos, “compromiso, pasión y entrega serían sus máximas virtudes”.

“Tratamos de continuar con ello, de seguir ese camino del profesionalismo y para transmitirlo con los jugadores, que lo hacemos de todo corazón y con toda la pasión que se pueda”.

Reconoció que aún siguen en comunicación y comparten detalles sobre el fútbol, de todas las divisiones profesionales.

“Es una persona extraordinaria, un ejemplo a seguir, sin duda le agradezco todos sus regaños, sus enseñanzas, todas sus mentadas (risas), lo admiro muchísimo”, concluyó.

Por su parte, el ahora árbitro profesional de fútbol, Andrés Hernández Barraza, fue también pupilo de Olvera en los Verdes de Santiago Tulantepec, en la Tercera División Profesional.

“Llegué a los 12 años al equipo, estaba Efraín Olvera el famoso “Chícharo” y don Ezequiel, quienes nos recibieron muy bien”, recordó.

Narró que, como entrenador “siempre fue muy exigente, te forma mucho el carácter en la cancha, es una persona explosiva pero siempre te exige porque puedes dar más; yo creo que aquí en la región y en algunos otros lados, ha sacado jugadores muy buenos, por lo mismo de la exigencia, desde que llegan al equipo donde está, pues todo el tiempo está sobre ellos”.

Dijo que, como persona, “es una gran persona, es amable y carismática”.

Pese a que Efraín Olvera no destacó con títulos a nivel profesional, su sello distintivo fue la formación de futbolistas, muchos de ellos que alcanzaron el profesionalismo no solo en equipos de la región, sino en otros de renombre como Pachuca, Cruz Azul, Toluca o Puebla.

“Siempre ha tenido una gran visión con los jugadores, desde pequeño, en mi caso, siempre me formó digamos a punta de golpes en el sentido de que te tenías que despertar, porque llegabas a lo mejor con una nobleza y él te hacía darte cuenta que tenías que sacar tu carácter y que no podías dejarte de algunas cosas”.

Agregó que esos conocimientos en cuanto a preparación física que tuvo, le sirven de mucho actualmente para lo que se dedica, “eran entrenamientos muy intensos, sesiones de dos horas o dos horas y media… Es un gran formador, desgraciadamente no se le dieron títulos pero profesionalmente ha marcado a muchas personas”.

“El legado que nos ha dejado a muchos es la exigencia de cada uno y el creérsela donde estamos parados, porque muchas veces la falta de confianza personal o eso nos puede hacer dudar de muchas cosas, pero él siempre te exige porque sabía que podías dar más”, concluyó.

Jaime “Porro” Alarcón, el único futbolista tulancinguense que ha sido campeón del futbol mexicano de la primera división profesional con Morelia, en el 2000, recordó que conoció al “Chícharo” cuando llega a la Tercera División Profesional, con el equipo de la Federación de Estudiantes Universitarios de Hidalgo, en Pachuca.

En ese equipo, Olvera se encontraba como auxiliar técnico y preparador físico del equipo del entrenador Maurilio García.

“Un tipo muy exigente y disciplinado, creo que esa es la parte más importante que realizaba en el fútbol; siempre la disciplina y la exigencia máxima, son de sus cualidades más destacables, aunque también era un buen motivador”, declaró.

Aunque Alarcón ya no contó con la etapa de formación por parte de Efraín Olvera, años después compartieron conocimientos, ambos como entrenadores; el primero como director técnico de Titanes Tulancingo y el segundo en los Verdes de Santiago, de segunda y tercera división, respectivamente.

“Hacemos una negociación con el entonces presidente de los Verdes y mediante el Chícharo, para que los jugadores pasaran de su equipo a mi equipo en el tema del ascenso, de tercera división a segunda división, por eso debutamos a muchos chicos que venían de Santiago, él nos dio todas las facilidades y las proyecciones”, narró.

Recordó que, incluso, tuvo a algunos jugadores de Santiago y de Tulancingo en Morelia, “él me habló para pedirme el favor y lo hice con mucho gusto, de conseguirles una oportunidad con Mario Díaz en segunda división, y muchos de esos chicos estuvieron viviendo conmigo, algunos llegaron a Primera A”.

“Con esto te digo que además, siempre fue un tipo preocupado y ocupado porque sus chicos trascendieran, siempre buscaba la manera de ayudarles de una u otra forma”, agregó.

De tal forma, consideró que el legado no se queda solo en la parte de la enseñanza, sino también en buscar o ayudar a buscar las oportunidades para sus pupilos, la forma de acomodarlos en otros equipos para que siguieran forjando su sueño.

“Él iba más allá del simple entrenamiento, siempre buscando abrir puertas para los chicos que iban saliendo y darles una oportunidad, eso habla bien de él”, concluyó.