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Desde finales de los años 70’s y a principios de los 80’s, el Tulancingo F.C. se convirtió en un fenómeno no solo deportivo, sino también social y económico en la ciudad de Tulancingo, ya que en torno a él se congregaron cientos de aficionados en el estadio Primero de Mayo, cada quince días, para apoyar apasionadamente a su equipo en la Segunda División del Futbol Profesional; donde surgió el clásico hidalguense ante Tuzos del Pachuca.
El equipo surgió en la temporada 76-77 en la Tercera División Profesional Tulancingo; pero ante el buen desempeño del mismo y la respuesta de la gente, con su apoyo incondicional y llenos totales cuando jugaban de local, se les ofreció participar en la Segunda División, desde la temporada 79-80, al adquirir la franquicia que era del Nacional de Guadalajara, hasta la 83-84, cuando se vendieron los derechos al Chetumal.
Fernando Monzalvo Luqueño, quien actualmente radica en el estado de Guerrero, narró que a sus 16 años de edad, era fiel apasionado del equipo al cual todos los jóvenes querían llegar, para jugar profesionalmente.
“En ese entonces éramos muy jóvenes y todos queríamos jugar al futbol a nivel profesional, cuando teníamos 15 o 16 años. Aproximadamente en los años 76 o 77 el Tulancingo nace como Tercera División Profesional, donde algunos jugadores como Chuy García, Manuel González, Beto Fuerzas, Chavo Romero, Ríos, Moisés Lazcano, formaban parte de aquel glorioso Tulancingo”, dijo en entrevista.
Recordó que el estadio Primero de Mayo, cada 15 días se llenaba y eso era algo que le llamaba mucho la atención a la Federación Mexicana de Futbol, “porque a pesar de que eran un equipo desconocido de la época profesional, se convirtió en un buen equipo que viajaba a Veracruz, a Gutiérrez Zamora, Coatzacoalcos, Irapuato, Salamanca, Celaya, y donde se paraba daban buen futbol”.
El doctor Jorge Berganza de la Torre, quien era el presidente municipal en aquellos años, “acudía a los partidos de futbol y se formaba como todo aficionado, compraba su boleto y apoyaba y echaba porras al equipo. Son recuerdos de aquellos partidos tan gloriosos con llenos increíbles”.
Un par de años después, el equipo de Tulancingo se convirtió en una franquicia de Segunda División Profesional, lo cual le dio más realce a la ciudad: “antes Tulancingo no era tan grande, a finales de la década de los 70’s la población era poca, entonces todas las poblaciones y comunidades alrededor de Tulancingo, abarrotaban el estadio; era una fiesta, las calles se cerraban, la gente corría, los boletos se agotaban, tuvimos como aficionados y como habitantes de la ciudad y de la región, muchas satisfacciones”
Pero para apoyar al Tulancingo FC acudía no sólo gente de este municipio, sino también de otros como Acatlán, Cuautepec, Santiago, Singuilucan, quienes se involucraron mucho con el equipo.
“Tuvimos en un tiempo, por ejemplo a dos delanteros muy buenos de Cuautepec, primero Jorge Domínguez el Tabique y después Genaro López, de lo mejor que hubo en su época”, recordó.
El comercio se involucra mucho, tiendas emblemáticas de Tulancingo como el Paje, la tienda la Abeja, Deportes Fito, las tortas de la Luz Roja, se hacían presentes con su aportaciones y apoyo para el equipo.
“El secreto del boom futbolístico de la ciudad, era que los jugadores visitaban mucho las escuelas primarias y secundarias, fomentando los torneos y haciendo que la niñez tulancinguense se involucrara también con el equipo”.
Era tanto el aporte económico, social y deportivo, que se tuvieron que colocar gradas a las espaldas de las porterías.
El estadio Primero de Mayo es emblemático, no solo por el futbol, ya que en aquellos años y hasta la fecha, era prestado por los sindicatos, “la feria se hacía ahí, y con el tiempo el espacio fue insuficiente ya que las canchas comenzaron a deteriorarse”.
Lamentablemente el estadio era insuficiente, y fue prácticamente uno de los factores para que no se continuara con el equipo, ya que no tenían un estadio propio.
A través de Facebook, el ex jugador de este equipo, Eusebio Montiel, publicó un par de fotos de este conjunto, donde destacó algunas figuras que hasta la fecha, tienen reconocimiento social en Tulancingo.
“El equipo que me dio la confianza para jugar profesionalmente, Satélites de Tulancingo, llegando a jugar la liguilla a primera división. Grandes jugadores como el capitán Julio Mendoza, Orlando Segura, Hugo Bustamante, Autobasa, Gilberto García, Basulto, Dancy López, Alberto Lince, Fernando Mancera, Tagano, Daniel Duarte, el Tabique, Genaro, Arreola, Federico Sánchez, Samuel Cosey, Guillermo, Partida y su servidor Eusebio Montiel y otros grandes jugadores que no recuerdo sus nombres. Entrenadores cómo Juan Ramón Ocampo, quien me dio la oportunidad y Joaquín Mendoza quién nos calificó a la liguilla de ascenso a primera división del futbol Mexicano”, publicó.
Pachuca, el rival a muerte
“El Pachuca, en aquel tiempo se llamaba Atlético Pachuca, porque ya había tenido participación en primera y jugando en segunda se convierte en el rival de que no podíamos perder a como dé lugar, para nuestra suerte, Salvador “Chavo” Romero pasa a formar parte de las filas del Pachuca y fue una rivalidad muy marcada”, recordó el maestro Fernando Monzalvo.
“Fue un golpe muy duro porque Chavo siempre fue un jugadorazo y dio todo lo que tuvo por Tulancingo; seguramente se marchó por cuestiones deportivas y de crecimiento personal, pero uno como aficionado nos pegó anímicamente, incluso lo sentimos como una traición, aunque después entendemos que la ilusión y las ambiciones como jugador son normales; aunque la defensa de los colores de equipo de Tulancingo te gane”.
“Yo recuerdo mucho un partido en el cual se disputaba el pase a la liguilla, llovía un domingo y Tulancingo no tenía otra más que ganar, y lo gana, ante un ambiente indescriptible”.
La gente se enardecía, el costo de entrada al estadio en los partidos contra Pachuca se elevaba, pero la gente acudía como sea. “No nos dejábamos amedrentar como aficionados, siempre apoyando al Tulancingo; Pachuca siempre ha luchado por ser un buen equipo y ahora lo han logrado, pero la gente se metía y no importaba el rival en turno, incluido el Cruz Azul de segunda, que en este tiempo traían un Agustín Manzo, Marco Antonio Mendizabal, por mencionar algunos, ya que éramos los equipos de Hidalgo y era ganarles a como dé lugar; los colores de Tulancingo estaban por delante y la pasión por el futbol en aquellos tiempos era fuerte y se vivía a tope”.
Tulancingo F.C. se convirtió en el bastión deportivo de la ciudad, en una insignia. Y los aficionados los acompañaban incluso a ciudades como Poza Rica, donde los corrieron a pedradas; en Acapulco, en Toluca contra los Osos Grizzlies, en Texcoco contra Coyotes; sin embargo los partidos contra Pachuca eran una cosa distinta, a dejarlo todo.
Gerardo Cruz, quien actualmente vive en la Ciudad de México pero es originario de Tulancingo, y a los 15 años de edad, era tanta su afición por el equipo, que al salir de la escuela iba a verlos entrenar, hasta que logró colarse como utilero.
Recordó que con el técnico argentino Carlos “Charro” Lara, fue que el equipo llegó más lejos, disputando la liguilla para ascender a la Primera División Profesional. Pero también con Joaquín Mendoza, el equipo tenía buen futbol y carácter.
“Hubo muchos jugadores que llegaron a primera división, el equipo llegó siendo filial del Cruz Azul, igual un tiempo creo un año, fue filial del Necaxa ahí jugaron cerca de cuatro jugadores que llegaron a primera. Sabino Tinajero, el Borrego Velázquez y el que más tiempo jugo en primera fue Nicolás Navarro”, recordó
“De los antiguos Satélites me acuerdo de Mario Díaz que jugó en Cruz Azul y después en el Morelia y Gerardo Cifuentes que jugó en el Oaxtepec, que también dirigió Carlos el Charro Lara”.
“La verdad viví muchas alegrías; ver a los técnicos conformistas que les valía perder, pero Joaquín Mendoza, una vez en Toluca desmadró un boiler por dejarse empatar, otro tipo de técnico”, concluyó.
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