Pedro Vega Escorcia encumbró como luchador a varios personajes desde el inicio de su carrera en Tulancingo, Hidalgo, pero se posicionó como El Impostor en el pancracio local y estatal, y debe su nombre precisamente a su multifacética carrera; incluso, tuvo que sustituir a algunos luchadores que no llegaban a las funciones, colocándose distintas indumentarias y con diferentes nombres.
Antes de ser El Impostor, usó por algún tiempo los nombres de Furia Negra, Furia Salvaje 3, Furia Blanca, Black Fury, entre otros.
Desde 1984 inició con programas de lucha libre oficiales, debutó en la extinta Arena Libertad de Tulancingo, y tuvo que hacer una pausa en su carrera en el 2019, a la pandemia por Covid-19, que detuvo prácticamente todo.
Una de sus grandes influencias para la práctica de la lucha libre es Santo El Enmascarado de Plata, “mucha gente se hizo luchador por el gusto de haber conocido al Santo, mucha gente lo conoció, lo vivió, con tan solo el hecho de tocarle la espalda, el brazo, muchos se inspiraron a ejercer la lucha libre”, señaló en entrevista para El Sol de Tulancingo.
Luego de sufrir un infarto hace dos años y medio, aproximadamente, ya estoy un poco recuperado y empiezo nuevamente a luchar, ya llevo siete luchas, incluso fui el pasado 12 de diciembre a luchar a Pachuca, ya en forma, y seguiré, continuaré con mis eventos de lucha libre y con la tradición de que no se pierda la lucha aquí en Tulancingo
Su última participación fue hace un par de semanas en una función gratuita que se hizo para niños, en el Jardín La Floresta de Tulancingo.
El nombre del Impostor, dijo, se debe a que usó varios nombres, “por causas del destino los promotores con los que yo me presentaba me cambiaban el nombre, se les olvidaba o no sé, y al llegar me preguntaban que con qué nombre y yo les decía, Furia Negra, por decir algo, pero me subía yo a luchar y ya al anunciarme decían: en esta esquina, El Impostor de Tulancingo”.
Aseguró que, oficialmente, desde 1987 usa el nombre de El Impostor, con una licencia que hasta el momento, mantiene vigente.
Hago hincapié en esto porque hay que recordar que existe un Impostor en Torreón, y ahorita hay un Hijo del Impostor. En su momento se registró el nombre y no fue válido porque ya existía alguien con ese nombre registrado, entonces con el paso del tiempo ya no me interesó seguir, pero yo tengo una licencia para usar el nombre del Impostor, desde 1987, profesionalmente.
Recordó que, en algún evento, en un vestidor con Cien Caras, “me preguntó que quién me dio el nombre, y le dije fue Héctor, la “Rata” Vega, quien me bautizó de esa manera”.
Héctor Vega fue un importante promotor de la lucha libre en Tulancingo, a quien se le debe que El Santo El Enmascarado de Plata, se haya presentado una infinidad de veces en estados como Hidalgo, Veracruz, Puebla, Tlaxcala, entre otros. Fue un promotor que era muy amigo del Santo, fundador de la entonces llamada Arena Libertad, que actualmente poseen sus hijas, pero que ahora se usa como cancha de futbol rápido.
Me llamó de muchas formas (Héctor Vega), yo suplí a muchos luchadores que no se le presentaban al Güero en la Arena Libertad, ahí tomó fuerza el nombre del Impostor
Además de la Arena Libertad de Tulancingo, El Impostor se presentó en otras importantes sedes de algunos estados de Veracruz como: Poza Rica, Tuxpan, Papantla, y otros de Puebla: Huauchinango, Necaxa, La Uno, Zacatlán, Chignahuapan, entre otros.
El luchador recuerda siempre una anécdota en una lucha en la ciudad de Zacatlán, Puebla, donde perdió por primera vez su cabellera, en contra de Turbina, en 1988: “En aquella ocasión, el Güero Vega me pagó 100 mil pesos por la lucha, de aquellos enormes pesos. Pero luego me doy cuenta de que la entrada por persona costaba 5 mil pesos, entonces, para pagarme 100 mil no necesitaba mucha gente y ese día metió como dos mil personas”, sin embargo, dijo que para un luchador, en ese tiempo era una paga muy buena.
También luchó en la arena Neza, San Juan, en el Estado de México, Arena Afición en Pachuca, Querétaro, Celaya León, Cuautla, Cuernavaca, Guadalajara, “de repente iba a Monterrey por 800 pesos en aquel entonces, y regresaba a Tulancingo no tenía para mi pasaje para regresar a casa, porque ese dinero pues solo me alcanzaba para ir y venir de Monterrey”.
El Impostor tuvo importantes rivalidades a lo largo de su carrera en prácticamente todas las arenas en las que se presentaba, fue siempre un luchador rudo, aguerrido, con bases de la lucha olímpica, y que siempre era presentado como “La Fiera de Tulancingo”.
“Fui blanco de rivales, donde quiera que participaba hacía riñas, conflictos con luchadores, claro, todo deportivamente, nunca tuve un problema personal”, recordó.
El “Charal” de Poza Rica fue uno de sus mayores rivales, con quien tuvo luchas por cabelleras. “Rivalidades de campeonatos y de cabelleras, siempre fue mi rival a vencer y él a mí, nos arrebatábamos campeonatos por todos lados”.
El Jinete de Ciudad Juárez fue otro de sus rivales, un luchador joven para El Impostor, con quien también disputó campeonatos “me ganó tres cabelleras, le gané un campeonato que nunca me pudo arrebatar de nuevo”.
En Pachuca luchó también contra los más grandes, rivales importantes como “Lalo” Guerra. Los empresarios no dudaban en enfrentarlo con rivales de jerarquía, como “La Plaga” de Pachuca, luchador olímpico a nivel nacional.
En Tulancingo, algún tiempo también fue rival de los llamados “Locos de Tulancingo”: Súper Crazy, Crazy Boy y Sangre Guerrera, “era la tercia más grande de Tulancingo y a vencer, porque Súper Crazy ya hacía giras internacionales y viajaba ya a Japón”.
El luchador “Amenaza Negra” de Tulancingo fue el primer instructor de El Impostor, además del Tarzán de Tulancingo, el Bronco, el Tigre Moy, El Maruzzo y Sangre Guerrera, quienes entrenaban en la Arena Libertad.
En Pachuca, también tuvo oportunidad de entrenar con destacadas figuras como los Monarcas I, II y III, Lalo Montenegro, Los Pilotos, entre otros, para conocer su estilo de lucha. Recordó que, como decía su compadre, Sangre Guerrera: “hay que aprender de todos para que no te agarre desprevenido cuando los enfrentes a ellos”.
El Impostor usó máscara por un tiempo corto, pero nunca la perdió, sin embargo, en una función organizada por la AAA, un visor de la empresa le solicitó que cambiara su indumentaria, ya que era muy parecida a la de sus rivales en turno; fue así que decidió quitarse la máscara.
A la AAA llegó como El Impostor Enmascarado, “yo siempre quise ser un Furia, Furia Salvaje, Black Fury, admiraba mucho a los Furias Salvajes de Tulancingo, eran grandes luchadores, grandes rudos y todo el mundo les temía”.
En aquel tiempo, la AAA tuvo a prueba a varios luchadores del estado de Hidalgo, específicamente de Pachuca y Tulancingo, sin embargo, fueron usados para participar en varias funciones en distintos puntos del país, con tan solo con un pago inicial, pero sin goce de sueldo.
“Muchos luchadores fueron defraudados, de Pachuca eran sesenta y tantos, de Tulancingo nueve, pero también había de Tizayuca de Apan, y a todos les hicieron fraude, y de todos ellos, solo Súper Crazy llegó a AAA, pero pasaron muchos años, fue en la Arena Neza donde gente como Canek y gente de Japón lo vieron y lo propusieron para llevárselo”, recordó.
El luchador sigue vigente en el pancracio, alternando esta actividad con su oficio de taxista en la ciudad de Tulancingo. “Hasta la fecha siempre voy muy contento y nervioso a las funciones”