El desarrollo del Karate se centra en la isla de Okinawa, entre Japón y China, se le considera un arte marcial hijo de múltiples herencias.
Al ser prohibidas las armas por las autoridades de ese momento debido a la violencia que se desató, se creó un estilo de lucha usando las armas naturales del cuerpo, llegando a constituir lo que hoy se conoce por Karate-Do, unas de las técnicas más efectivas de defensa y de autocontrol físico mental, ya que esta lleva una filosofía de vida "Solo defensa, nunca ataque".
Su origen se ubica en la India, hace 5 mil años, donde se desarrolló un sistema de defensa sin armas, partiendo de la observación de los movimientos de los animales en forma natural de protegerse; puestas en práctica estas técnicas, se fueron descubriendo sus efectos y a la vez los puntos mortales y vulnerables del ser humano.
En Tulancingo, Héctor Páramo Martínez lleva 30 años continuos en la práctica, es cinta negra avalado por la Federación Mexicana de Karate, tiempo en el que se ha dedicado a dar sus conocimientos a docenas de generaciones, de niños a adultos, ya que ha apostado por el deporte como una mejor forma de vida, por lo que continuamente a abierto grupos en colonias y comunidades para quienes no tienen muchas posibilidades de asistir a los gimnasios particulares.
Esa labor y sus victorias en los años 90´tas hicieron que le otorgaran el Mérito Deportivo de Hidalgo, de manos de su maestro sensei Martin Domínguez Gómez, hidalguense que en la actualidad radica su en Estados Unidos, también promoviendo esta disciplina.
En su filosofía de vida destaca: “la satisfacción más grande no es ganar los diversos primeros lugares nacionales en kumite, kata o rompimientos, sino formar alumnos de alta calidad humana, como abogados arquitectos médicos amas de casa, madres y padres profesionistas que con orgullo traen a sus hijos a seguir el camino del karate do y asé continuar con esa base de aprendizaje para que sean unos excelentes seres humanos”.