Tras un torneo plagado de altibajos, Puebla y Pumas chocarán esta tarde en el estadio Cuauhtémoc sin ninguna posibilidad de meterse a la Liguilla, toda vez que sus derrotas el fin de semana exterminaron el posible milagro. Sin embargo, abrirán las hostilidades de la jornada 15 con dos metas de gran trascendencia para sus respectivas causas. El Club Universidad Nacional ha sido dirigido en el Apertura 2017 por tres estrategas, Juan Francisco Palencia y Sergio Egea lo dejaron en el fondo de la clasificación, fue de la mano de David Patiño que vencieron al León para su resurgimiento y además cortar una racha negativa de ocho partidos al hilo sin triunfo.
La mala noticia es que los universitarios volvieron a caer ante Rayados en casa y hoy se ven obligados a salir con los tres puntos para alejarse del último peldaño, pero sobre todo para conquistar su primer éxito fuera de Ciudad Universitaria en la campaña, ya que su saldo es de cinco derrotas y dos empates en el patio ajeno.
Para fortuna de Pumas, Nicolás Castillo, goleador felino y estandarte en la zona de ataque, estará listo para reaparecer ante La Franja, incluso a media semana declaró en redes sociales que permanecerá con el cuadro auriazul hasta salir campeón en la Liga MX. Pablo Barrera es otra opción para salir como titular y hacer más explosiva su delantera. En frente estará el Puebla comandado por Enrique Meza, que ha vivido problemas similares en el actual certamen y está enfocado en mantener la categoría en Primera División. Aunque sucumbió la jornada anterior a costa del Pachuca, su rendimiento mejoró con la llegada del “Ojitos” al banquillo.
Acumula dos cotejos al hilo en propio territorio sin derrota, un empate ante Gallos (2-2) y una victoria sobre el líder Monterrey (2-0). Su dramática posición en la tabla cocientes lo exige a recibir a Pumas sin margen de error.
Todo indica que Moisés Muñoz repetirá en el arco, mientras que el canadiense Lucas Cavallini tratará de extender su racha goleadora en el recinto poblano. Dos escuadras que solamente pugnan por culminar el torneo con dignidad y la cara en alto, el perdedor de la batalla podría caer una vez más al sótano de la clasificación, así que será un choque cargado de dinamita en la Angelopólis poblana.
