Por primera vez en la historia del fútbol mexicano, un equipo logró coronarse campeón tras entrar a la liguilla a través del repechaje, Pachuca venció a Cruz Azul el 19 de diciembre de 1999 para ganar así el primer título de su historia y fue con uno de los goles más recordados de Pachuca, el de Alejandro Glaría.
Fue en esta fecha que comenzó una época dorada para los Tuzos, que, en 15 años, ganaron seis títulos, el primero, fue uno de los más significativos al convertirse en el primer equipo que llegó a la final desde el repechaje donde venció a Morelia eliminó a Toluca en cuartos de final, a Atlas en semifinal y en el encuentro por el título, le quitó el festejo de las manos a Cruz Azul.
En el partido de ida, los Tuzos igualaron a dos tantos, Julio César Pinheiro y Pedro Reséndiz marcaron por los celestes y Alejandro Glaría anotó en dos ocasiones para irse con el empate al Estadio Azul, que para el juego de vuelta lució un lleno total y fue el mismo Glaría el que descarriló la ilusión de pitar de la Máquina al marcar en tiempos extra el gol de oro con la entrepierna, el cual significó el primero de seis títulos con los que cuenta hasta ahora Pachuca.
En algunas entrevistas, Alejandro ha relatado cómo fue el gol, "fue una pelota que corta [Pablo] Hernández Roetti casi en el círculo central; se la da a Octavio Valdez sobre la izquierda y Tavo le mete un cambio de frente a Marco Garcés quien mandó el centro y me tocó a mí esperar la pelota entre los centrales".
Dentro del equipo que dirigió Javier Aguirre en ese entonces, se encontraban figuras que marcaron una época con Pachuca, entre ellas, Ignacio González, Manuel Vidrio, Alberto Rodríguez, Octavio Valdez, Marcelino Bernal, Cesareo Victorino, el mismo Glaría y Pablo Hernán Gómez.
Uno de los jugadores que más destacó fue Pablo Hernán Gómez, quien jugó solamente dos años con Pachuca, posteriormente falleció a los 23 años de edad el 29 de enero del 2001 en un accidente automovilístico, el tiempo que portó la playera de Pachuca fue suficiente para que la directiva decidiera retirar su dorsal, el número 20.
El autor del gol de oro, también recordó que el equipo entrenaba en Las Palomas, donde no podían bañarse y tenían que irse cambiados porque no había duchas, “entrenábamos en el Estadio Revolución, no en la Universidad del Futbol que hoy ven todos, que tiene cinco canchas, que tienen jacuzzi, que tienen ropa para tirar para arriba la institución.
“A nosotros nos tocó bailar, prácticamente, con la más fea; pero deportivamente al final nos fue bien y fue un premio al grupo que siempre luchó contra muchas adversidades".