Sin presión, concentrados en el encuentro y conscientes de lo que se juegan, los canteranos de Pachuca no sufrieron ante el Coloso de Santa Úrsula y, por el contrario, demostraron que a Pachuca no le pesa el Estadio Azteca.
Seis canteranos, algunos novatos y otros con mayor experiencia en primera, salieron como titulares está noche en el terreno de juego en el próximo tres veces mundialista, e hicieron lo que históricamente le ha salido bien a Pachuca, retar al América en su cancha y con su gente.
Reconocidos por el propio Almada, quien consideró que los juveniles tienen personalidad en este tipo de escenarios, supieron mantener el empate y, por momentos, acercarse al triunfo.
Más tarde, en la segunda mitad, y con el compromiso todavía apretado, ingresaron otros tres surgidos de las fuerzas básicas para intentar ir por un tanto y emular a Cesáreo Victorino, en aquella semifinal de 2001.
Así como en el 226 a.c. cayó en Grecia el Coloso de Rodas, anoche, un grupo de canteranos, menores de 25 años tiraron el mito de que al Pachuca le podría pesar el Estadio Azteca.