Tras la fractura que sufrió en una muñeca Nabor Castillo en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018, el judoka llegó a dudar de su futuro, hoy pese a vivir un escenario adverso, lucha por estar en los Olímpicos de Tokio.
El originario de Omitlán, Hidalgo, recordó a través de sus redes sociales su sentir después de su lesión, “me quedé recordando lo que sentí en esos momentos, solo escuché un crujido en mi mano, sabía que era grave.
“En ese instante de apenas unos minutos cuando estaba en el hospital pasaron muchas cosas por mi mente. Me he dedicado a este deporte por muchos años de mi vida, mi experiencia se basa en el Judo, de eso he vivido, de eso mantengo a mi familia y en eso se sostienen mis más profundos sueños y metas profesionales”.
Por su mente pasaron situaciones en las que se preguntaba si era el fin de todo, si ya no podría volver a competir y si es que tendría que reiniciar su vida, pensar en a que se podría dedicar.
Pese a un escenario adverso, Castillo Pérez se mantuvo firme por pelear por sus sueños,“después de que mucha gente me dijo que era el fin de mi carrera como competidor, que jamás podría mantenerme como deportista de alto rendimiento y teniendo en cuenta que mi cuerpo ya no aguantaría mucho más ese ritmo de entrenamiento, decidí actuar contra los pronósticos, iba a hacer mi mayor esfuerzo por ir a otros Juegos Olímpicos.
“Mis hijos sabrían que no me rendí a pesar de que todo estaba en contra. Descubrí que aún existían personas que creían en mí, familia, amigos, compañeros de entrenamiento,entrenadores y hasta personas que no conocía que a través de internet me mostraban su poyo. Gracias a ellos lo estaba intentando de nuevo”.Tras unos meses fuera del tatami, Castillo regresó a competencias y actualmente entrena en casa con un solo propósito, estar en Tokio.