Banda de viento, globos blanquiazules, y porras por todo el graderío es como se encuentra el estadio Hidalgo, a minutos del arranque de la vuelta de la final del Apertura 2022, en la que Pachuca espera romper una sequía de 16 años sin coronarse en casa y, de paso, quitar la huella de hace seis meses, cuando Atlas levantó la copa en el Hidalgo.
Desde tres horas antes del silbatazo inicial la fijación 7ya se encontraba formada para su ingreso, y a ello se le unió la bienvenida al equipo de Almada, que tuvo mayor presencia que en ocasiones anteriores.
Una vez que el conjunto blanquiazul ingresó al Huracán, la gente ingresó al recinto, y llenó la mayor parte del graderío, a excepción de la zona sur, destinada para la porra visitante.
Con un espectáculo amenizado por un grupo de cumbia originario de la Bella Airosa, así como una banda de viento, similar a lo acontecido en la semifinal, las gradas entraron en calor.
Con 45 minutos para el comienzo del partido, y nuevamente con “Life is Life” de fondo, hizo su aparición Óscar Ustari, a quien la afición se le entregó, luego de atajar dos penales fundamentales. Uno, ante Monterrey, en la semifinal, y otro, en la ida de la final.
/5 por ciento de ocupación en el Huracán, y la afición se volcó con su equipo, haciéndole saber a la visita que, si buscan una hazaña que parece imposible, primero deberían pasar por encima de ellos.
Y así se notó cuando saltó el equipo escarlata a la cancha, pues un abucheo sonoro apagó el “Toluca sí se puede” de la afición mexiquense que se dio cita en la Bella airosa.
Todo lo contrario cuando ingresó el equipo de casa a realizar movimientos precompetitivos, que fue recibido con arengas.
El marcador parece complicado de remontar, y la afición en las butacas hacen ver que, por el momento, será todavía más difícil.