Existe mucha infraestructura de invernaderos abandonados en el municipio de Huasca de Ocampo debido a que productores ya no ven tan rentable la producción de jitomate, que es a lo que mayormente se dedican, informó el director de Desarrollo Agropecuario, Jesús Ulises Álvarez.
Dijo, que este rubro está un poco saturado, pero aún hay personas que siguen en el negocio de los invernaderos de jitomate y pese a que la producción es muy buena, el precio es muy inestable, situación que afecta al sector.
Santa María Regla, Palma Antigua, Magueyes Verdes, San Juan Hueyapan y San Ignacio, son las localidades donde se concentra entre 30 y 40 invernaderos de jitomate, dijo Ulises Álvarez.
Además, informó que hay parcelas grandes en la comunidad de San Ignacio, donde cultivan jitomate, pero ya no son productores locales sino foráneos, los residentes rentan sus terrenos a compañías de otros estados.
“Estas personas vienen ponen sus invernaderos y hacen toda la estructura, al terminar el contrato les dejan la estructura para beneficio del dueño, pero a veces ya no continúan con la actividad, y pues las dejan en abandono”, dijo Ulises Álvarez.
La producción de jitomate que se genera en Huasca de Ocampo, la llevan para las centrales de abastos de Pachuca, Tulancingo y Ciudad de México.
El titular Desarrollo Agropecuario, comentó que recientemente sostuvo una reunión con algunos productores del municipio quienes le informaron que, en el último corte, recibieron un pago de dos pesos el kilo, debido que es una temporada en la que ingresa al centro del país, la cosecha de jitomate del estado de Sinaloa.
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“El precio es muy inestable, aunque la producción es buena, me comentan ellos mismos que se les devalúa mucho el precio por kilo cuando empieza entrar el jitomate de Sinaloa para acá, eso es lo que hace que se abarate el jitomate”, concluyó.