Habitantes de las comunidades aledañas a Acatlán tales como Almoloya, Alcholoya, Metepec, entre otras, acudieron como cada año al panteón de dicha localidad, espacio donde también se instala la tradicional Feria de Muertos y que congregó a al menos tres mil personas en el único día de celebración.
Contrario a lo que sucede en otros sitios, en Acatlán el festejo más grande es el día dos, por tal motivo es que desde el pasado 27 de octubre comenzaron a repartirse los lugares para interesados en poner puestos con flores, elotes, comida, dulces, pan o bebidas alcohólicas en la feria. Por primera vez en la historia, la coordinación y administración de la misma corrió a cargo de comités ciudadanos de la escuela primaria "Lázaro Cárdenas" y también del de agua potable, que destinarán las ganancias para subsanar necesidades de la comunidad.
En este sentido, desde muy temprano comenzaron a llegar grupos de personas caminando o en camionetas y carros cargando flores y garrafones de agua. Había también gente que llegaba con comida y palas para arreglar las tumbas de sus seres queridos en el camposanto. Pasado el mediodía, todas las lápidas ya estaban adornadas con flores de cempasúchil y algunas con cruces de madera recién embarnizadas, de las cuales colgaban motivos santificados que se vendían a las afueras del panteón.
Al ritmo de mariachis o tríos huapangueros, hubo quienes recordaron a sus seres queridos con faenas colectivas; también, al mismo tiempo y al interior del cementerio, se celebró la misa con cientos de personas alrededor que escucharon la palabra de pie, cobijándose a la sombra de los árboles o de sombrillas.
En la feria, ubicada justo a un costado del panteón, el ambiente era de total alegría. Música, flores y todos los lugares de venta de comida estaban repletos. Lo más vendido eran carnitas, tamales, barbacoa y también tacos. Los vendedores de micheladas también tuvieron éxito, pues eran varios a lo largo de los tres pasillos de la feria los que cargaban su vaso escarchado o latas de cerveza.
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Los principales accesos al municipio están cerrados por las reparaciones a la avenida 16 de enero, los caminos que llevan a Almoloya (donde se ubica el cementerio) fueron resguardados por elementos de la policía estatal. De acuerdo con testimonios de comerciantes, el flujo de gente baja hasta las siete de la noche, hora en la que se dejan de ver personas subir a la localidad con flores en la espalda o camionetas totalmente cargadas con cempasúchil.