“Ríos de gente” cargando bolsas negras, algunos con niños pequeños y otros tantos con adolescentes que ayudan con los encargos de los "Reyes Magos", es el panorama que se mira desde tempranas horas en las inmediaciones de la Plaza del Vestido. Este recinto además de abrir por ser jueves de plaza en Tulancingo, se engalana con cientos de vendedores de juguetes de todo tipo.
Es así que entre los pasillos que circundan a este lugar pueden verse comerciantes con pelotas, artículos de papelería, cochecitos de juguete de diferentes marcas, montables, dinosaurios de plástico, peluches, muñecas y hasta unos cuantos ofrecen figurines de colección de distintas franquicias de entretenimiento.
Ya en la calle principal la gente se desborda en la compra de bicicletas, montables de baterías y por supuesto, roscas de reyes. En este perímetro (de la central de autobuses hasta la Plaza del Vestido) hay al menos siete vendedores de Roscas, con precios que van desde los 250 y hasta los 390 pesos, acorde con el tamaño o el relleno de la misma.
Al interior de la plaza también se venden juguetes, pero el mayor mercado evidentemente es en prendas de toda clase. Aunque en Navidad hubo gran público, ahora parece que la intensidad es mayor ya que en los pasillos donde hay juegos de mesa y juguetes es casi imposible pasar. De acuerdo con usuarios, aquí se encuentran dichos productos en mejor precio que en supermercados, aunque no siempre de la mejor calidad puesto que se distribuyen muchas marcas japonesas y chinas.
En el pequeño tianguis de juguetes que se ubica sobre el Boulevard Emiliano Zapata a unos metros de la Central Camionera también se registró presencia de Reyes Magos. Aquí, el señor Hugo quien vende artículos para este día desde hace quince años, comentó que el ingreso sí bajó en comparación con años anteriores. Según refirió, el precio de los juguetes se alzó hasta en un 40 por ciento, lo que por supuesto implica una subida al precio final.
Rumbo al centro de Tulancingo y sobre la avenida 21 de marzo hay al menos 40 puestos ambulantes distribuidos a lo largo del camino, que ofrecen juguetes de marcas reconocidas, casas de muñecas, artículos de madera o saldos de licencias de películas. Estos pequeños establecimientos callejeros suelen ser la alternativa final para las compras, dado que en supermercados los productos se agotan temprano además de que los precios regularmente son más altos que en el ambulantaje.