Acaxochitlán alista fiesta del Señor del Colateral 

Cada año se construyen al menos 40 alfombras artesanales que cubren las calles céntricas del municipio

Octavio Jaimes

  · jueves 20 de abril de 2023

La novena del Señor del Colateral inicia el próximo 02 de mayo, un día antes del Día de la Santa Cruz. / Cortesía: Arturo Zacatenco

Comienza a correr por las diferentes localidades de Acaxochitlán el espíritu reconfortante que precede a una fiesta magna: en unos cuantos días, este municipio se engalanará con la celebración anual en honor al Señor del Colateral, figura religiosa que probablemente sea a la que mayor culto se le rinde en esta región. Y es que sus festejos no solo abren la puerta para la tradicional expo feria que se monta en la cabecera, también sostiene a una de las pruebas vivientes que dan fe del vestigio cultural en el estado de Hidalgo.

Es a partir de la primera semana de mayo, específicamente el día dos, que los diferentes barrios que rinden culto al patrono se disponen para tapizar las calles del centro con hermosas y pintorescas alfombras de aserrín, flores y semillas. Estos trabajos son realizados por la gente de la comunidad, quienes con el paso del tiempo comparten los conocimientos de generación en generación; hay alfombras que se extienden por varios metros, pues la intención es que sirvan de camino para la imagen del Señor del Colateral que parte desde el templo de la Virgen de la Asunción a cada una de las localidades.

Este compendio de cosmovisión indígena, artística, cultural pero sobre todo manifestación de religiosidad, iniciará el próximo 02 de mayo, horas antes del día de la Santa Cruz. Las actividades son organizadas por los mayordomos pertenecientes a los barrios de Tlacpac, Tlaltengo, Tlatzintla, Tlatempa, Tlamimilolpa, Cuaunepantla, Techachalco y de la cabecera municipal, donde concluyen las diligencias el 11 de mayo. El Señor del En familia, hicieron el llamado para acudir en compañía de seres queridos y amistades, pues la primera parada del santo será en Tlacpac.

En todas las locaciones, se bendicen los arreglos florales y arcos que se montan en el templo de la Asunción, además de que se ofrecen mañanitas en la iglesia así como misas en el domicilio particular de los mayordomos. Dependiendo la comunidad, también hay presentación de danzas folklóricas como la de los xochimapales, quema de castillos pirotécnicos y convivios nocturnos. De acuerdo con estimaciones, se prevé la participación de al menos 600 personas para la construcción y diseño de todas y cada una de las más de 40 alfombras que vestirán las calles acaxochitecas.

El Señor de la Colateral es una imagen hecha con pasta de caña de maíz que recibió su nombre por permanecer durante muchos años en una de las capillas colaterales de la Iglesia de la Asunción. Aunque no se sabe a ciencia cierta cuándo empezó a conmemorarse su fiesta, el cronista vitalicio de Acaxochitlán, Arturo Castelán Zacatenco, comparte que en 1784 ya existía la cofradía de este patrono. Lo anterior se conoce gracias a un documento que se resguarda en el archivo de la capilla de San Santiago en el pueblo de Santiago Tepepa, donde la comunidad pidió una reducción del pago que se hacía a la referida cofradía.

Existen al menos tres leyendas que abordan el misticismo de su origen, pero una de ellas cuenta que hace tiempo, Acaxochitlán era un sitio de paso para los arrieros, razón por la que existían varios mesones para que descansaran en su camino a bordo de mulas o burros. En alguna ocasión, uno de ellos, quien traía la imagen cargada en el lomo de bestias, paró a descansar en el mesón llamado “La Esmeralda”. Él argumentó que tras encargo de un cura, lo llevaba a un pueblo de la Sierra, pero la oscuridad de la noche lo hizo detenerse en Acaxochitlán.

Decidido a continuar con su travesía al día siguiente, se levantó muy temprano para darse cuenta de que el Cristo ya no estaba. Como ya había avanzado un poco, regresó por el mismo camino pensando en que se le había caído. Resulta que la imagen estaba en el mesón, a lo que el arriero volvió a cargarlo sobre las mulas. Sin embargo, algunos metros después, notó que nuevamente el santo ya no venía con él. Fue entonces que tanto él como los habitantes del pueblo interpretaron que “quería quedarse ahí”, por lo que decidieron depositarlo al interior del templo, donde permanece hasta el día de hoy.