Este jueves 21 de septiembre, comuneros de la localidad de San Mateo en Acaxochitlán honraron a su santo patrono, con un festejo tradicional que comenzó desde hace varios días cuando entre todos alistaron la fiesta y pintaron el aserrín que hasta hoy se convirtió en una pintoresca alfombra monumental.
Es así que desde antes de las seis de la mañana, pobladores ejecutaron una de las costumbres más arraigadas en la tradición acaxochiteca, al diseñar un bello tejido de aserrín sobre el piso que recibe al templo dedicado a San Mateo.
Con números dancísticos que en realidad fueron rituales al interior de la iglesia, comenzó la primera celebración eucarística del día, en donde se recordó la labor evangélica de San Mateo y se elevaron oraciones dedicadas a los habitantes de dicha comunidad. Además de fieles de esta demarcación, también llegaron habitantes de otros asentamientos de Acaxochitlán, tales como Santa Ana Tzacuala.
"Mateo además de ser apóstol de Cristo, previamente era cobrador de impuestos en la región de Cafarnaum. Recaudaba las tasas que los judíos tenían que pagar a los romanos; como todos los que se dedicaban a ese oficio, era despreciado por el pueblo, que lo consideraba cercano a los opresores. Probablemente Mateo se había acostumbrado a ello, pero un día, cuando estaba sentado en su oficina, oyó una voz diferente. Un hombre le dijo solamente: “Sígueme”. Y él se levantó y lo siguió, para siempre. Ese hombre era Jesús, y la vida de Mateo nunca más volvió a ser como antes", recordaron comuneros en el marco festivo.
Cabe recordar que este apóstol es reconocido por ser uno de los cuatro evangelistas de la Biblia (junto con Lucas, Juan y Marcos), sus escritos son los más extensos del Nuevo Testamento y según algunos especialistas, puede que Mateo haya sido el primero en escribir la vida de Jesús.