Luego de más de mes y medio de trabajo comunitario, habitantes del barrio Tlamimilolpa por fin colocaron el arco artesanal hecho con semillas en la entrada a la parroquia de la Asunción de María en Acaxochitlán, en ofrenda por la fiesta del Señor del Colateral.
El resultado final fue una “hecha a la medida” portada, de aproximadamente cinco metros de altura, misma que a partir de hoy recibirá a feligreses y visitantes en la cabecera municipal de Acaxochitlán.
Pero el compromiso no terminó cuando se colocó el último grano de maíz, porque una de las partes más importantes de esta ofrenda, es llevarla a pie desde Tlamimilolpa hasta la parroquia de la Asunción.
“Van aproximadamente 40 o 50 años que se realiza. Es una ofrenda que le hacemos al Señor del Colateral, nos lleva de 20 días a un mes. El día 6 de mayo se coloca en la entrada de la iglesia, aproximadamente usamos de 30 a 40 cuartillos de maíz amarillo, pero nos hará falta. Los mismos vecinos que cosechan maíz nos hacen favor de donarlo”, expresó Anayeli Hernández Saavedra, integrante de la mayordomía de Tlamimilolpa.
Por eso, la procesión conformada por aproximadamente 50 personas salió desde los caminos boscosos de dicho barrio con destino a la cabecera. Entre música de banda de viento así como cohetones,la movilización de feligreses cargó el arco artesanal y así anduvieron por la senda, encabezados por su imagen del Señor del Colateral. También les acompañó una línea de siete jinetes.
Aproximadamente dos horas después, llegaron a los pies de la parroquia, donde los recibieron entre aplausos y más música. Por supuesto que el arco inmediatamente acaparó las miradas de transeúntes y feligreses, de hecho, todos volvieron a persignarse cuando el párroco salió a bendecir la obra.
Siete u ocho personas se treparon al arco de la entrada para amarrar la portada, donde además colocaron dos camioncitos de madera con mazorcas dentro, en petición al Señor del Colateral para que traiga lluvias y fertilidad a las tierras de cultivo en Acaxochitlán.
“Es algo muy bonito, es algo sagrado llevar esta ofrenda a nuestro Señor, que es el que nos da todo lo que tenemos.
Representamos el trabajo que vivimos, el maíz que nos da. Aunque ya no llueve como antes y se ve en las cosechas de vecinos, le pedimos que nos mande agua para las tierras”, expresó anteriormente Hernández.
Aunque este fue uno de los momentos más importantes de la fiesta para el barrio Tlamimilolpa, el ciclo estará completo hasta la noche, cuando sostengan una misa en la capilla que le construyeron al Señor del Colateral en su localidad. Después, casi todo el pueblo, si no es que todos, bajan a compartir “el pan y la sal” en un ambiente de completa festividad.
Su culto a esta advocación cristiana cierra cuando caída la noche y concluida la misa, el tradicional castillo pirotécnico arda en chispas y lumbres para alumbrar el manto nocturno, como si las estrellas bajaran a la tierra.