Los acociles, representan en esta temporada de Cuaresma una opción para alimentar a la familia; los crustáceos, son atrapados en las lagunas, ríos o presas, y son poco comercializados.
Además son económicos, 50 pesos la sardina dice Guadalupe, originaria de Tepepa, Acaxochitlán: “Muchas personas no los comen, principalmente porque no los conocen pero hay quienes sí vienen por ellos”.
Explicó que tienen un sabor como langosta, y se pueden cocinar de diferentes maneras.
“Se les puede hervir o asar con de sal y limón; también se preparan en mole rojo o salsa verde, con un poco de epazote y cebolla”, explicó Guadalupe.
Añadió que se les puede encontrar casi todo el año, pero, la temporada en la que abundan es previa a la Semana Santa.
Algunas amas de casa que sí los conocen, dijeron que están desaprovechados porque son baratos, con buen sabor.
“Tal vez su aspecto es la causa de que no quieran ni tocarlos, parecen alacranes, pero al hervirlos toman un aspecto rojizo, y muchos también los conocen como burritos”, expresó Juana Aguilar.
Esta pequeña langosta o “langostino de río”, mide de tres a seis centímetros y vive bajo las piedras.
Los crustáceos, tienen dos tenazas, cuatro antenas, es una especie endémica cuya distribución está restringida a algunos cuerpos de agua lacustre.