El panteón San Miguel como el resto de los cementerios en la región Tulancingo, lució con gran cantidad de gente que fue a dejar flores a sus madres, “a quienes se nos adelantaron en el camino”, refiere una mujer que, con el dolor a cuestas, lleva consigo unas rosas blancas para depositarlas en la tumba de quien le dio la vida.
En el marco de la celebración del Día de las Madres, se observaron además a quienes contrataron tríos musicales, solistas, y hasta Mariachi, y otros de manera muy modesta, ponían una grabadora con Las Mañanitas o la canción favorita de la mamá.
La última morada, así llamada el lugar del sepulcro, lució este 10 de mayo, lleno de gente que no olvidaron a sus madres, e incluso, se dijo, por ejemplo, en el San Miguel que igualmente este fin de semana se esperaba el arribo de cienos de personas, derivado de los días de descanso.
Este viernes, desde temprana hora, que abrió sus puertas, registró una afluencia importante de personas, se estima más de 2 mil hasta el cierre de edición.
Familias enteras, caminaban por los pasillos para llegar a la tumba de sus seres queridos. Las lágrimas no se hicieron esperar al igual que las caras largas por la tristeza, y la nostalgia de las mujeres, que les dieron vida y que hoy en el plano terrenal ya no están.
La afluencia más significativa se observó después del mediodía ya que varios trabajadores les dieron la oportunidad de salir temprano, es decir, no terminar en horario, su jornada laboral.
El flujo de visitantes se distribuyó entre las 10 mil tumbas que conforman el panteón San Miguel.
Los pasillos ordenados, el abasto de agua, y además el apoyo de los trabajadores de los camposantos, igual fue vital para que se desarrollara de la mejor manera, el Día de las Madres, en los panteones de la región, pero sobre todo en el del San Miguel, el más grande no sólo de Tulancingo sino de todo el Valle.