“Por más que tomas agua o suero (electrolitos) y no se te quita la sed, y llevas más de un día así, puede ser una señal de diabetes”, alertó Mariel Belém Reséndiz, nutrióloga y educadora en diabetes por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y que la contrajo cuando era niña.
Es una enfermedad crónica, cuando el páncreas ya no puede producir insulina o cuando el cuerpo no puede usar por completo la insulina que genera, constituye hoy en día uno de los principales problemas de salud pública en Hidalgo, explicó.
“La sed excesiva, orinar con frecuencia, el cansancio permanente, la falta de energía, presentar una visión borrosa y una cicatrización lenta son los principales signos de alerta a los que la población debe reaccionar”, enlistó.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que la entidad es la segunda en el país con mayor prevalencia de diabetes entre la población mayor de 20 años; solo por detrás de Tamaulipas.
La estadística nacional apunta que hoy en día el 12.83% de las y los hidalguenses mayores de ese grupo etario “sufren de este trastorno metabólico que puede acarrear complicaciones graves en ojos, corazón, riñones y otros órganos”, informó.
Actualmente la prevalencia de este padecimiento en Hidalgo es un 80% más elevada que en entidades como Querétaro, Aguascalientes y Quintana Roo.
La diabetes tipo uno es consecuencia de una reacción autoinmune en la que el cuerpo ataca las células que producen insulina, la hormona que regula los niveles de glucosa en la sangre. Suele presentarse en la infancia o juventud, como en su caso.
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En la diabetes tipo dos, que por lo regular se presenta durante la edad adulta, el cuerpo no produce la cantidad adecuada de insulina o no responde por completo a la que genera. Es la más común, pues aqueja a más del 90% de los pacientes.
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