APAN, Hgo.- Este fin de semana a través de dos actividades y organismos distintos se llevaron a cabo en el municipio la entrega de contenedores para la elaboración de agroinsumos, así como una ceremonia de tipo prehispánica para la preparación de semillas y la siembra, así como la petición hacia los puntos cardinales para un buen ciclo agrícola.
Mireli Herrera y Cristina Vásquez, técnicas del programa de Producción para el Bienestar implementado por el Gobierno Federal, indicaron que en 2019, agricultores de este municipio se integraron a un programa denominado Escuelas de Campo, a través del que se les dota de los conocimientos y metodologías para crear diversos agroinsumos cuyos objetivos principales van desde devolver a los suelos sus nutrientes, combatir plagas y apoyar a la economía de los agricultores pues los costos de su elaboración y aplicación son mucho menores.
Refirieron que Apan fue seleccionado porque en su historia contaba con una importante variedad de maíz de tipo criollo, el cual, con el tiempo fue sustituido por la cebada, cultivo que también se busca preservar y mejorar su calidad.
Sin embargo, dijeron, actualmente también se atienden cultivos de autoconsumo como: haba, calabaza, chícharo y otros de tipo frutal, con la finalidad de transitar a sistemas sustentables y sostenibles.
Indicaron que actualmente 102 productores están afiliados a las seis escuelas de campo que se ubican en las localidades de: Tlalayote, Lázaro Cárdenas, La Laguna, San José Jiquilpan, Santa Cruz y la conformada por las comunidades de El Alcanfor y Ojo de Agua.
Detallaron que la base del trabajo es la creación de productos agroecológicos, pues, aseguraron que mientras el uso y costo por hectárea de fertilizantes y otros químicos alcanza hasta los 35 mil pesos por tonelada los agroinsumos necesarios para este mismo fin no supera los 300 pesos.
En otro orden de ideas ayer domingo, la agrupación Ollín Ehécatl llevó a cabo una ceremonia de tipo prehispánico en la explanada del Ayuntamiento en la que bendijeron las semillas y pidieron a los cuatro puntos cardinales para pedir por un buen ciclo de agrícola.
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Finalmente, Juan Aguilar Nájera, quien representa a la palabra y es guardián de este elemento, señaló que en este ritual piden permiso a los cuatro rumbos del universo, a los cuatro puntos cardinales y acompañados por música prehispánica piden a la madre tierra por la fertilidad de las semillas, por las lluvias y el Sol, a fin de que los agricultores tengan una buena cosecha.