Con casi medio siglo en la alfarería, Don Jesús Martín asegura que este último año es el peor en ventas, las que disminuyeron 30 por ciento.
Don Jesús, quien conoce a los 23 compañeros que se dedican a esta actividad, indicó que la situación es grave porque la pandemia les afectó. Aunque todos trabajan de manera diferente, algunos se la pasan surtiendo pedidos otro más sale a vender las vajillas de barro que realizan y de esta manera siguen sobreviviendo.
El entrevistado, quien hace cuatro años fue el primero en moldear y realizar figuras de barro que da a turistas a cambio de alguna propina, explicó que ya no es negocio, pues el barro debe de extraerlo y comprarlo al ejido de Jilotill.
Durante su labor artesanal frente al público los días sábados y domingos, utiliza la técnica de torno de pie, donde el artesano se sienta y con el pie derecho gira la rueda para que crear una diversidad de utensilios y con los dedos va dándole forma de las piezas que elabora como candeleros, hongos, ceniceros, vasos, sombreros y demás figuras.
“Todo lo que estoy trabajando aquí es voluntario lo que la gente me quiera dar, pero también realizó en mi taller desde cabañas, candeleros, según el modelo que me pidan se los hago, incluso en el taller doy clases de barro de lunes a viernes” dijo.
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Finalmente, dijo que tiene buena expectativa de venta con motivo de las vacaciones de Semana Santa, “en esta temporada tenemos bastante trabajo, porque nos llega mucho turismo”.