Felipe Ángeles Ramírez fue fusilado un 26 de noviembre de 1919 por el delito de rebelión durante el mandato de Venustiano Carranza. El general maderista fue arrestado cuando combatía con las tropas villistas y juzgado como rebelde ante el Tribunal Militar Excepcional para garantizar su fusilamiento y la forma judicial, puesto que un tribunal de ese tipo tendría plena autoridad para juzgarlo, ya que el gobierno carrancista tenía temor de las posibles reacciones narró Odile Guilpain Peuliard.
Se unió a la División del Norte en 1914, entabló una estrecha relación con Francisco Villa a pesar de sus diferentes percepciones sobre Francisco I. Madero, pues el general hidalguense coincidía plenamente con el ideario del Apóstol de la Democracia. Ambos revolucionarios obtuvieron victorias decisivas sobre las tropas de Victoriano Huerta, como la toma de Zacatecas, las batallas de Torreón y de San Pedro de las Colonias. Sin embargo, luego del triunfo del constitucionalismo que llevó al poder a Venustiano Carranza, Ángeles se exilió en Estados Unidos y a su regreso murió fusilado.
En 1912 Ángeles Ramírez encabezaba tareas militares en París, Francia cuando el presidente Francisco I. Madero lo llamó a continuar su carrera como director del Colegio Militar, poco después recibió el grado de general brigadier y fue designado para combatir la rebelión zapatista. Gildardo Magaña describió aquella época del originario de Zacualtipán como "partidario de las nuevas ideas, de amplio criterio revolucionario, ecuánime y justiciero […] Bien pronto comprendió que la exacerbación de la guerra en la región suriana se debía a los abusos, a los atropellos, a los crímenes cometidos por las fuerzas federales […]”
Interrumpió el combate a los sureños para acudir a la capital del país, donde "el día de la traición (22 de febrero de 1913), al ser aprehendidos en Palacio el presidente (Francisco I. Madero) y el vicepresidente de la República, los traidores tuvieron buen cuidado de mandar llamar al general Ángeles para que se presentara en la comandancia militar “a recibir órdenes”. Ángeles obedeció ignorando la traición y fue aprehendido inopinadamente" cita su biógrafo Federico Cervantes.
Permaneció en las filas del ejército mexicano cuando fue enviado, nuevamente, a Europa por decisión del gobierno huertista; sin embargo, el 28 de marzo de 1914 "el general Ángeles tuvo el honor de ser dado de baja de la institución militar que fue mancillada con la traición, “por indigno de pertenecer al ejército”... " narra su biografía.
A su llegada a México buscó refugió en las filas carrancistas, pero "debido a que Carranza le había otorgado a Ángeles funciones meramente decorativas, producto de las intrigas y desconfianza generadas contra él en las filas carrancistas, Maytorena aconsejó a Ángeles que contactara a Francisco Villa y le ofreciera sus servicios para organizar la artillería de la División del Norte".