Antonio Cordero, maestro albañil que ha dedicado más de la mitad de su vida a este oficio

Asegura que no es una labor sencilla, por lo tanto,  no cualquiera lo puede hacer

Ivet Pasquel

  · miércoles 3 de mayo de 2023

El albañilería es una actividad que le da para comer / IVET PASQUEL

Antonio Cordero Benitez es un Maestro Albañil, desde los 25 años se dedica a este noble oficio en la industria de la construcción, que asegura que no cualquiera lo puede hacer.

Suma 20 años de experiencia en el ramo y su habilidad para aprender fácilmente lo llevó a convertirse en maestro albañil.

Al desertar de las escuela en quinto de primaria lo obligó a acudir a obras, en donde con solo ver como lo hacían los trabajadores aprendió rápidamente.

Oriundo de la comunidad de Plan Grande en Agua Blanca, recuerda que comenzó como ayudante y poco a poco consiguió ser albañil y finalmente maestro.

"Siempre ponía atención a todo, fui agarrando práctica viendo como se hacían las cosas los demás, así fue cómo llegué hacer lo que soy ahora", dice orgulloso.

Para él, lo más difícil de su trabajo es armar una loza y colocar loseta, pues afirma que es una labor que requiere de precisión, además de que es muy cansado.

Comparte que como líder de la obra tiene conocimientos de arquitectura, incluso se atrevió a señalar que son los arquitectos sin título.

"He aprendido de todo, gracias a Dios sé lo que sabe un arquitecto, lo único es por el diseño, pero en práctica somos mejores nosotros", explica Antonio al tiempo que se desprende una sonrisa en su rostro.

En sus 20 años de carrera no ha tenido ningún accidente mayor, solo pequeñas caídas o algún machucón de dedos.

Para lograr una buena construcción, dice que lo primero es analizar el suelo para que sobre ello se haga una cimentación, las estructuras de concreto y las losas, finalmente los acabados.

Actualmente tienen nueve personas a su cargo entre ayudantes y albañiles, que de manera simultánea realizan dos obras, una vivienda y unos departamentos en Agua Blanca.

Destaca que su oficio por lo menos les da para comer, pues un albañil, dependiendo la zona en promedio gana 400 pesos diarios y un ayudante alrededor de 250 pesos diarios.

Describe que es un trabajo pesado con jornadas de más de ocho horas con solo un día de descanso, además de que tienen que soportar las inclemencias del tiempo, ya sea mucho calor o frío.

"No es una labor sencilla, es muy pesada, porque acarreas material, es andar todo el día duro y duro en el sol. Es un trabajo que no cualquiera lo hace, requiere de fuerza pero sobre todo dedicación", comenta.

Insiste que no cualquiera hace una construcción de una vivienda que será el hogar de una familia, "siempre hay que tener amor al trabajo para que las cosas salgan bien".

En toda su trayectoria, no recuerda cuántas obras ha realizado, pero han sido casas, puentes, escuelas, carreteras, departamentos, pero entre las más importantes el Hospital de Metztitlán y unas oficinas en la Ciudad del Conocimiento en Pachuca.

Cada tres de mayo, en México se celebra el Día del albañil y de la Santa Cruz, este día es muy especial para festejar y recordar buenos momentos a través de sus experiencias personales, además suelen hacerlo con un buen convivio.