Varios artistas urbanos provenientes de diferentes partes de la ciudad, así como del estado y hasta del país, siguen creciendo el legado musical de Tulancingo, tierra que se caracteriza además de su influencia comercial, también por ser semillero de importantes músicos que lograron la trascendencia internacional.
Y es que basta con caminar los jueves, Día de Plaza, por el Jardín La Floresta y entonces deleitar los oídos con melodías de distintos géneros, desde instrumental hasta boleros e incluso rap. Toda esa música es obra de artistas callejeros que tienen a bien adueñarse de las plazas públicas y corredores para mostrar su talento.
En recorrido a pie, este jueves encontramos a cinco artistas callejeros, quienes compartieron cómo es vivir de su más grande pasión.
Aunque la mayoría de ellos son músicos de profesión que en algún momento de sus vidas centraron sus estudios en alguna vertiente de las artes, ahora optan por tomar los espacios urbanos ya sea para hacer de esta actividad su forma de ganarse un ingreso; o bien, únicamente compartir sus sentimientos y dotes a través de un instrumento musical, con el puro interés de ofrecer amenidad a los públicos.
Tal es el caso de Libertad Cuevas, quien este jueves se plantó en la Floresta con su saxofón. De 34 años de edad, estudió canto profesional y refiere que aprovechan el día de plaza porque hay abundante gente. Ella mencionó que no sale a tocar con las intenciones de obtener dinero, sino para compartir su gusto y habilidad musical a la audiencia, principalmente los más jóvenes.
“Nuestro objetivo es venir a compartir, agarrar más práctica. Que los niños vayan involucrándose en el medio de la música porque ahorita ya no leen, puro celular y ya no se dedican tanto al arte. Queremos que la gente tenga internet en el arte”, expuso.
Por otro lado, Roberto López Vargas, oriundo de Huapalcalco, ha sabido mantener su pasión por el arte de tal forma que ahora de eso vive. Trepado en el transporte público, amenizando en restaurantes o también entre los pasillos del tianguis con su ukelele, en recientes días sale a la calle para cantar una serie de canciones de rap que él mismo compuso.
“Estudié un rato en el Instituto de Artes, pero ahorita ando echándome en el micro o en el bus unas rolitas de rap que compuse. Trato de darle diario, pero luego no hay tanta banda (...) sí sale de chambear así, pero es algo relativo. Un día puedes sacar 100 varos y al otro día 500, es como emprender un negocio, pero si le macheteas sí sale. Siempre he creído que lo mejor es dedicarte a lo que amas, eso siempre será lo mejor.
El escenario de la Floresta igualmente albergó este jueves a Rubén y Efraín, dos colegas musicales cuyo principal crecimiento en popularidad se debe a las redes sociales. Rubén, también conocido como “Street Cello”, es originario de Pachuca y contó que el arte urbano “es mi forma de vida. De aquí me salen eventos y es como una forma de publicidad (...) aquí en Tulancingo y toda la región nos reciben muy bien”.
Mientras que Efraín, popularmente llamado “Edgar el Músico de la Calle” en su TikTok, viene desde Cuautla, Morelos. Contó que su modus vivendi consiste en viajar a diferentes estados de la República, dónde toca y canta en varias ciudades.
“Esto es mi vida, amo esto. Lo hago porque desde pequeño siempre amé viajar, amo conocer lugares nuevos. Me encanta la música y poder vivir viajando haciendo eso, decir que en verdad hago lo que amo, con eso ya me gané la vida”, contó emocionado.