“Seamos constructores de paz”: arzobispo de Tulancingo previo al adviento

El prelado Roberto Domínguez celebró una misa en la Catedral Metropolitana con motivo de la solemnidad de Cristo Rey

Octavio Jaimes / El Sol de Tulancingo

  · domingo 24 de noviembre de 2024

El próximo domingo primero de diciembre arranca el tiempo de Adviento, primera fase del año litúrgico de la fe católica | Eduardo Islas / El Sol de Tulancingo

Monseñor Roberto Domínguez, arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo, pidió a la población ser “constructores de paz” de cara al tiempo de adviento. Esta fase del año, de acuerdo con la fe católica, comienza el próximo domingo primero de diciembre, luego de que este 24 de noviembre cerró el año litúrgico con la solemnidad a “Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo”, también conocida como fiesta a Cristo Rey.

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“Hay que tener en cuenta que Dios es presencia, que Dios es esperanza, es misericordia (...) esto nos ubica en nuestro lugar, sabiendo de dónde venimos y hacia dónde debemos de ir y dirigir nuestros pasos, este conocimiento nos ayuda a verificar quién es en realidad el rey al que servimos en nuestro corazón”, abundó el prelado.

Tal fue su mensaje en la primera misa del día que sostuvo el clérigo en la Catedral Metropolitana de Tulancingo con motivo del festejo a Cristo Rey, previo a la Solemnidad que celebró en el templo dedicado a esta advocación en la colonia Mimila, enfrente del Parque Recreativo “El Caracol”. Aquí, como cada año, se instaló desde hace una semana la feria en honor a Jesucristo, en los jardines contiguos al Acervo Municipal y también sobre la Avenida Ferrocarrilera.

Cabe recordar que esta fiesta católica fue instaurada por el Papa Pio XI en diciembre de 1925 y se celebra cada año en el último domingo del año litúrgico. Es importante mencionar que es una fecha que se conmemora mundialmente pero que está inspirada en un pasaje de la historia de México, específicamente la Guerra Cristera, misma que desembocó en una persecución religiosa por parte del Estado Mexicano.

En esta época, los fieles que no tuvieron miedo de preservar ni expresar su fe, gritaban “¡Viva Cristo Rey!”, como una forma de mantener viva la esperanza mientras eran torturados, apresados o perseguidos. Eso inspiró al Papa Pio XI, quien fue conmovido por dicha manifestación de fe en momentos complicados para los católicos mexicanos.