Pionera de la aviación femenina, la estadounidense Amelia Mary Earhart (Kansas, 24 de julio de 1897) perdió la visibilidad de un ojo y tuvo que aterrizar en Nopala sobre la seca presa de Doxixho, hace 86 años, un 20 de abril, lo que sorprendió sobre todo a los infantes que andaban mojando a cuanta persona se les atravesaba porque era “sábado de Gloria”.
Alfonso Romero Aguilar, el director de Turismo en el municipio, resumió la histórica anécdota de quien fue conocida como la “aviatriz” y también “primera dama del aire”, luego de que el presidente de su país, Franklin D. Roosevelt le otorgó la medalla de oro de la Sociedad Nacional de Geografía y el Congreso la galardonó con la Cruz Distinguida de Vuelo, la primera a una mujer, en 1932.
Basándose en los datos del libro de Hugo Alejandro Sánchez Zúñiga, el funcionario dijo que, por la fecha en que fue el suceso, 1935, en Nopala no se conocía que alguien tuviera una cámara fotográfica y por ello, no hay una evidencia del aterrizaje cuando la aviadora le entró algo en el ojo y no podía ver bien el mapa, por eso realizó la maniobra sobre la presa seca.
De acuerdo con la versión que existe, ella venía de visita al entonces Distrito Federal, por invitación del presidente Lázaro Cárdenas a realizar un “vuelo de buena voluntad” y como no llegaba, un escuadrón de la Fuerza Aérea Mexicana la buscaba, el propósito era que realizara un vuelo en solitario y sin escalas de California, Estados Unidos, al centro de México, para tener la marca de ser la primera mujer en realizarlo y se cronometró en 13 horas y 23 minutos.
Estuvo en el país del 20 de abril al 9 de mayo, en Nopala permaneció media hora, lo que le permitió convivir con los pobladores, a quienes describió como “amables, serviciales y entusiastas”, el único problema fue que no sabían inglés y ella nada de español, la comunicación fue a señas y con sonrisas.