Durante la actual contingencia sanitaria por el Covid-19 en Hidalgo ha incrementado en un 40 por ciento el número de casos de maltrato y abandono animal, informó el presidente de la organización Biofutura, Jonathan Job Morales, quien pidió a la población dejar de agredir a los seres vivos, principalmente perros y gatos.
El activista señaló que la violencia contra los animales ha aumentado en las últimas semanas, pues han comenzado a registrar un aumento de denuncias relacionadas con el maltrato y abandono animal, y por ello las organizaciones ambientalistas se han reunido para dar seguimiento a los casos.
De acuerdo con el defensor ambientalista, existen varios casos que deben ser interpuestos ante la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proespa), pero por la actual contingencia sanitaria se han interrumpido las acciones, por lo que deben buscar la manera de que procedan ante las instancias correspondientes.
Agregó que en redes sociales han recibido varias denuncias ciudadanas sobre maltrato animal, así como abandono, por lo que señaló que son delitos estipulados en la Ley de Protección y Trato Digno para los Animales del estado y el Reglamento de Tenencia, Protección y Trato Digno de los Animales de Pachuca y por ello se deben cumplir las sanciones establecidas.
Asimismo, manifestó que también han recibido reportes de aumento de tráfico de especies, por lo que esta situación penada a nivel federal y debe ser atendida por las autoridades, ya que se ha convertido en una problemática que la pandemia ha permitido y debe ser erradicada a la brevedad.
Job Morales, dijo que en las últimas dos semanas han recibido denuncias por maltrato y abandono animal en distintos municipios como Pachuca, Mineral de la Reforma y Mineral del Monte, problemática que también se ha reproducido en otras demarcaciones como Tulancingo, Ixmiquilpan y Huejutla, aunque en las zonas rurales existe menor conciencia sobre lo que representa el daño a los seres vivos.
El principal tipo de envenenamiento animal que prevalece en el estado es el envenenamiento de perros y gatos que persiste en distintas demarcaciones, ya que son considerados como fauna nociva e incluso en algunos municipios también son cometidos por las autoridades locales.