Avanza lenta recuperación turística en Tecocomulco 

Pese a las intensas lluvias de julio, este cuerpo de agua alcanzó entre el 40 y el 70 por ciento de su capacidad, según declararon comuneros 

Octavio Jaimes / El Sol de Tulancingo 

  · lunes 12 de agosto de 2024

Los niveles de la laguna de Tecocomulco no los monitorea la Conagua, pero cabe mencionar que es un cuerpo de agua que se forma con la lluvia de temporal. | Eduardo Islas / El Sol de Tulancingo

Las lluvias que cayeron en la región de Tecocomulco durante junio y julio no bastaron para la recuperación total de la tradicional laguna de la Altiplanicie Pulquera, pues de acuerdo con trabajadores de la zona, entre ellos pescadores, lancheros y restauranteros, el cuerpo de agua se encuentra entre el 40 y 70 por ciento de su capacidad.

Basta con visitar la laguna para apreciar el ambiente de recuperación que se vive: pocos visitantes, una o dos mesas con comensales en los restaurantes y dos preguntas que se repiten constantemente entre los turistas: “¿Estuvo muy fea la sequía?”, “¿Ya se recuperaron de la sequía?”

Y es que aunque no es la primera vez que esta laguna termina casi en la extinción del líquido, el estiaje generalizado que vivió el estado de Hidalgo durante 2022, 2023 y parte del 2024, abundó en la preocupación por uno de los sitios de mayor tradición turística en esta región de la entidad.

Pero este 40-70 por ciento de niveles de agua es suficiente, por otro lado, para arrancar la recuperación turística, misma que se afectó casi por completo luego de dos años de sequía. El estiaje también provocó que varias de las 15 especies de patos que anidan en la laguna se fueran, aunque hay confianza entre los habitantes de que volverán. Un rayo de optimismo surgió hace unas semanas, cuando luego de las lluvias, las presas aledañas del Tezoyo y del Puerco se desbordaron y trajeron consigo un cúmulo de carpas, por lo que se reactivó la actividad pesquera.

“Las lluvias nos ayudaron bastante, ya estaba casi en ceros. Ahorita creció como 80 centímetros, pero todavía le falta (...) el turismo bajó bastante y apenas empieza. Pero (el gobierno) solo vienen y se preocupan para las candidaturas”, expresó la señora Margarita, trabajadora en el sitio.

Si bien el desbordamiento de las presas fue vital para que los aproximadamente 30 restauranteros ofrecieran producto fresco y endémico nuevamente, las aguas también trajeron abundante lirio, plaga que aqueja a Tecocomulco desde al menos media década. Los tres gobiernos municipales o el gobierno estatal tampoco han puesto tanto interés en la limpieza o atención a tal plaga, según refieren prestadores de servicios.

“Ahorita ya se está recuperando todo pero cuando se secó sí estuvo crítica la situación. No venían o la gente llegaba y veía que estaba seca y se iban, con ingresos propios tuvimos que solventar los sueldos de la gente que nos ayuda y pues es gente que lleva ya 18 años trabajando con nosotros y no es culpa de ellos”, señaló al respecto la joven Araceli, otra trabajadora del lugar.

Uno de los servicios más afectados durante el estiaje fue el de paseos en lancha, principal atracción en la laguna. Cuando fue la sequía, el abundante lodo no permitía que las lanchas salieran del muelle, o bien, por los bajos niveles de agua, las naves solo soportaban hasta dos personas en el recorrido.

“Hay gente que solo viene a comer pero es un porcentaje muy mínimo comparado con la gente que busca un recorrido en lancha”, abundó la joven.

En la laguna de Tecocomulco se acostumbra degustar las carpas, especie endémica pero también depredadora. Aunque se sigue vendiendo, comerciantes aseguraron que la rana, uno de los platillos típicos de Tecocomulco, ya no es de aquí, sino de Michoacán, pues una de las especies de carpa exterminó a las ranas que se reproducían y cazaban en este lugar.

A aproximadamente 45 minutos de Tulancingo y media hora de la capital hidalguense, la laguna de Tecocomulco se posiciona en los límites territoriales de tres municipios hidalguenses: Cuautepec de Hinojosa, Tepeapulco y Apan. Es catalogada como uno de los últimos humedales del Valle de México y cuenta con una extensión de más de mil 700 hectáreas. Es hogar de especies protegidas así como en peligro de extinción, además de que es entorno óptimo para la reproducción de especies migratorias que llegan a México desde Estados Unidos o Canadá.