La temporada de Cuaresma y los casos de ganado intoxicado con alimento contaminado son un duro golpe para los carniceros del la región Otomí-Tepehua, ya que reportan que sus ventas bajaron hasta un 50 por ciento.
De acuerdo con Miguel Ángel Diego Cruz, tablajero del municipio de Agua Blanca, el consumo de carne de res, de pollo y cerdo reporta una caída drástica, lo que representa un duro golpe a su economía.
La caída de las transacciones se atribuyó a la tradición católica que opta por consumir pescado y mariscos durante esta temporada previa al Semana Santa y se sumó la situación de los casos de ganado contaminado, lo que ha impactado en la economía de esta cadena productiva.
"Las ventas se bajan porque los clientes guardan la Cuaresma, no comen carnes, prefieren comprar pescado o marisco, además desde que se dio a conocer lo del ganado muerto, nos afectó", compartió.
Destacó que los productos cárnicos de mayor demanda son el pollo, la res y el puerco, este último ya sea en chuleta natural o ahumada, bistec o en trozo para asar, también venden chorizo y manteca.
Por otro lado, Lucia Manrique Gutiérrez, propietaria de una carnicería, mencionó que la disminución de ventas no es exclusiva de esta temporada, sino que este comportamiento se mantiene desde que inició este 2024.
Comentó que, si bien en el mes de diciembre experimentaron un aumento en las ventas, cuando entró el año se redujeron hasta un 40 por ciento y hasta el momento no han podido repuntar, "tuvimos un enero fatal".
La situación del ganado, dijo que contribuyó a que la carne no se comercializará, a pesar de que son una carnicería de prestigio en donde venden productos cárnicos de calidad ganado, "la gente esta muy temerosa", recalcó.
Informó que un kilo de bistec lo vende en 140 pesos, el chorizo en 120 pesos y la carne de puerco en 100 pesos.
Finalmente, los tablajeros confían en que una vez que concluya esta temporada puedan recuperarse económicamente.