Fieles a la tradición de vestir a niños y niñas con indumentaria indígena, cerca de 200 infantes acudieron en compañía de sus padres y abuelos a la bendición de la Virgen de Guadalupe que ofrece la Villita de Tulancingo.
En este sentido, párrocos precisaron que las misas que se dedican a este fin son las de las diez y doce del día, no obstante, por la tarde continúan llegando niños y niñas. Es así que pueden verse infantes recorriendo las calles de Juárez, Morelos y Corregidora portando vestimenta indígena.
Al respecto de estas prendas, destaca que hasta este punto llegan comerciantes oriundos de comunidades aledañas como de Chimalapa, de Acaxochitlán, para vender ya sea trajes completos o por pieza. Según contó María Elena, una de las vendedoras, estas prendas las elaboran a lo largo del año para vender en la feria guadalupana.
Dijo que hasta el momento las ventas son bajas, dado a que "muchos ya traen su ropita", por lo que hasta el mediodía desplazaron 15 trajes completos. Por el contrario, parece que el éxito está en los accesorios: desde temprano mucha gente llega a comprarles sombreritos de palma, huaraches o camisitas con motivos de la Vírgen y Juan Diego.
"Llevamos años viniendo a la bendición, desde que éramos niños y ahora que somos adultos y tenemos hijos. Los vestimos así para recordar a San Juan Diego, elegido de la Virgen para anunciarla", precisó Gabriela Hernández, madre de familia.
De acuerdo con la creencia religiosa, fue hace 491 años cuando Juan Diego, un campesino chichimeca, presenció la aparición de la Virgen en el Cerro del Tepeyac donde más tarde se construiría la que hoy se conoce como Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México.