Tras la reapertura del jardín “La Floresta” en Tulancingo, boleros han retomado sus lugares de trabajo, con ello han implementado medidas de prevención de contagios por Covid-19.
Con plásticos cubriendo el estanquillo y vinilos transparentes protegiendo al usuario, es como el oficio del lustre de zapatos se integra a esta “Nueva Normalidad”.
Desde la semana pasada las vallas metálicas que impedían el paso de las personas a este punto del centro de la ciudad fueron retiradas.
La prohibición de paso a La Floresta y el Centro Cultural Ricardo Garibay alcanzó cerca de dos meses.
Con estos elásticos, la interacción entre el bolero el cliente es menor, promoviendo la sana distancia y la prevención de contagios.
Además los lustradores utilizan cubrebocas y gel antibacterial que se aplican al tener contacto con dinero de manera continua.
En las inmediaciones del primer cuadro de Tulancingo, elementos de Protección Civil y Seguridad Pública, se encuentran de forma permanente proporcionando gel, e invitando a la ciudadanía a mantener la sana distancia, y el autocuidado.