/ martes 14 de mayo de 2019

Bordados otomíes iluminan Tulancingo

Con lo que venden apenas alcanzan a cubrir sus gastos

Sentadas en el suelo de negocios o de La Floresta en Tulancingo, indígenas otomíes bordan y ofrecen su trabajo a visitantes y transeúntes.

Lupita es una otomí de la Sierra de Puebla que prefiere venir a ciudades como Tulancingo, porque hay más gente que valora sus artesanales prendas, como blusas, manteles y carpetas.

“Vengo solo los viernes o sábados. Me hago desde mi pueblo como cuatro horas, tomo dos camiones para llegar”, platicó Lupita.

Con un español poco entendible, ya que solo habla otomí, se da a entender para vender sus artesanías que borda una a una y le lleva más de cinco horas culminar.

Una blusa con bordados extremadamente cuidados y con múltiples aplicaciones en diversos colores las vende en doscientos pesos, una servilleta en cincuenta.

Desde Atla, pueblo del que viene Lupita, el transporte local cobra 28 pesos hasta Pahuatlán, de donde salen los camiones hasta las seis de la tarde y cobran 30 pesos.

Prefiere vender ella misma sus prendas, ya que muchas veces intermediarios le ofrecen comprarle todo y ellos lo venden a muy altos precios en otros lugares.

Para reconocer un bordado otomí es posible ver la simetría en sus figuras, que en su mayoría son geométricas, en colores como el azul, el verde, rojo y amarillo.

Muy distintos a los tenangos, pero con un origen común, la cultura Otomí, los bordados que se ven en las calles de Tulancingo merecen el mismo reconocimiento y promoción porque forman parte de una identidad y una cosmología que da identidad a nuestros pueblos.

Sentadas en el suelo de negocios o de La Floresta en Tulancingo, indígenas otomíes bordan y ofrecen su trabajo a visitantes y transeúntes.

Lupita es una otomí de la Sierra de Puebla que prefiere venir a ciudades como Tulancingo, porque hay más gente que valora sus artesanales prendas, como blusas, manteles y carpetas.

“Vengo solo los viernes o sábados. Me hago desde mi pueblo como cuatro horas, tomo dos camiones para llegar”, platicó Lupita.

Con un español poco entendible, ya que solo habla otomí, se da a entender para vender sus artesanías que borda una a una y le lleva más de cinco horas culminar.

Una blusa con bordados extremadamente cuidados y con múltiples aplicaciones en diversos colores las vende en doscientos pesos, una servilleta en cincuenta.

Desde Atla, pueblo del que viene Lupita, el transporte local cobra 28 pesos hasta Pahuatlán, de donde salen los camiones hasta las seis de la tarde y cobran 30 pesos.

Prefiere vender ella misma sus prendas, ya que muchas veces intermediarios le ofrecen comprarle todo y ellos lo venden a muy altos precios en otros lugares.

Para reconocer un bordado otomí es posible ver la simetría en sus figuras, que en su mayoría son geométricas, en colores como el azul, el verde, rojo y amarillo.

Muy distintos a los tenangos, pero con un origen común, la cultura Otomí, los bordados que se ven en las calles de Tulancingo merecen el mismo reconocimiento y promoción porque forman parte de una identidad y una cosmología que da identidad a nuestros pueblos.

Policiaca

Choque deja un caballo muerto en Tepeji 

Así como cuatro lesionados tras el accidente ocurrido en Atengo

Local

Pachuca registró la segunda temperatura más baja de México 

Según el SMN es provocado por una masa de aire frío asociada al frente frío número 10

Local

Don Víctor va por más de 63 años vendiendo flores y plantas en Tulancingo

Su historia comenzó desde 1976 en un pueblo llamado San Miguel del Resgate en Acaxochitlán 

Turismo

Los 4 monumentos dedicados a Cristo Rey en México además del de Pachuca

Estas obras no solo reflejan la devoción de los fieles, sino que también se han convertido en íconos turísticos y culturales, cada una con su propia historia y significado.

Local

Clima en Hidalgo: pronóstico del sábado 23 y domingo 24 de noviembre

¡Que no te tome por sorpresa! Estas son las condiciones climáticas para el fin de semana, según el SMN

Local

Día del Músico en Tulancingo reúne a más de 70 mariachis

Los asistentes celebraron con un recorrido que acompañaron con canciones tradicionales