El banco de Bienestar proyectado en Huazalingo, donde vecinos acusaron reducción de un espacio deportivo si se construye ahí, quedó cancelado y se cambiará a otro sitio aún por definir, informaron en la delegación estatal de la Secretaría de Bienestar.
Tal como sucedió con los ejidatarios de la comunidad de Progreso, en Atotonilco de Tula, que condicionaron la obra al gobierno municipal y también no se hará dicha sucursal, el delegado Abraham Mendoza Zenteno, reiteró que ambos casos son ejemplo de que si la gente no los quiere o causa malestar social una obra de esa índole, se cambia de sede.
Lo mismo ha pasado en donde el terreno no tiene certeza jurídica, si están mal las escrituras, o la donación no es legal, el funcionario federal lo ha dicho en reiteradas ocasiones.
Una vez que la gente y las autoridades se ponen de acuerdo en un predio para construir un banco de Bienestar, la Secretaría de la Defensa Nacional empieza la obra y le lleva en promedio dos meses ponerla en funcionamiento, lo que puede retrasar su apertura es el servicio de internet a cargo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se informó.
Al corte del 14 de marzo, detalló que se mantiene la meta de contar con 119 sucursales que abarcan los 84 municipios, hay 44 abiertos todos con un cajero automático, salvo en Michimaloya, Tula, que se robaron el dispensador de dinero.
Además hay 19 construidos, 22 en proceso de obra, 21 con trabajos complementarios y 13 en proceso de gestión; a más tardar en julio de 2023 estarán operando la totalidad.
Será el estado con el mayor número de bancos de Bienestar, recalcó el funcionario federal; en caso de que en una comunidad o cabecera municipal ninguna compañía provea internet, la CFE lo introducirá no solo a la sucursal, sino al resto del territorio como parte de su programa “Internet para todos”, precisó.