En los campos agrícolas del Valle del Mezquital, después del proceso de deshidratación de las matas de maíz, las hojas de este grano están listas para su recolección.
Este trabajo es arduo, se desarrolla bajo el sol abrasador, donde sólo los más aptos pueden resistir las condiciones laborales porque las temperaturas superan los treinta grados centígrados.
Para este trabajo agrícola los rancheros hacen un trueque con los recolectores de hojas de maíz, a cambio de que los primeros les obsequian las hojas, los segundos cosechan el grano y lo dejan limpio para su almacenamiento.
Estas hojas se venden actualmente en el tianguis y mercado en veintidós pesos el manojo, el cual contiene más de cincuenta hojas de maíz, acomodadas una por una.
Las hojas de maíz se utilizan en la preparación de Tamales en los sabores rojo, verde, mole, de rajas o dulces, que se venden todas las mañanas y tardes en las esquinas de la ciudades o en el trayecto de las carreteras del Corredor de Balnearios del Valle del Mezquital.
Las hojas cubren la masa de maíz, donde en medio se rellena con salsa, pollo deshebrado, queso, chile rayado, queso o pasas, según sea el gusto de la cocinera o cocinero.
Estos empaques de los tamales se consideran biodegradables, ya que se pueden tirar al suelo, además cuando se descomponen se convierten en abono para la tierra.
Las hojas de maíz, pasan un proceso de secado para que puedan utilizarse en la preparación de los tamales, sin embargo si se deja mucho tiempo almacenados corren el riesgo de los gorgojos y palomillas, los piquen y resulten inservibles para la elaboración de los tamales.