Tulancingo, Hidalgo.- Con la intención de apoyarse para elmantenimiento de la Casa Hogar Nicolás García de San Vicente,personal del lugar, cada semana, acude a recolectar comida en laCentral de Abasto Pifsal. Cada miércoles, se informó, reúne unos50 kilos de perecederos y lo que más le regalan son frutas yverduras de temporada, las más baratas en ese momento. Laencargada del área administrativa y gerontóloga, Elizabeth LiconaVillegas, mencionó que cada semana recorren puesto por puesto y loque más obtienen es cebolla, jitomate, limón y plátano, siempreque en ese momento esté a buen precio. A veces, dijo, les danproductos que realmente ya están muy maduros y no pueden ocuparsepara la alimentación. En el lugar viven 28 abuelitos y debendarles tres comidas y dos colaciones diarias y lo que aportan noalcanza. Reconoce que ha habido días en que no tienen para darlesde comer, por ello iniciaron este recorrido por la Central deAbasto hace aproximadamente cinco meses. Otra forma de apoyarse,mencionó, es con la instalación de un puesto el jueves, sobre lacalle Libertad, donde venden ropa que les regalan pero que no lesqueda a los abuelitos, y con ello logran un ingreso más. Recibenprendas de vestir y zapatos en donación; lo que les queda a losresidentes se los dan y el resto es para vender, comentó.
Tulancingo, Hidalgo.- Con la intención de apoyarse para elmantenimiento de la Casa Hogar Nicolás García de San Vicente,personal del lugar, cada semana, acude a recolectar comida en laCentral de Abasto Pifsal. Cada miércoles, se informó, reúne unos50 kilos de perecederos y lo que más le regalan son frutas yverduras de temporada, las más baratas en ese momento. Laencargada del área administrativa y gerontóloga, Elizabeth LiconaVillegas, mencionó que cada semana recorren puesto por puesto y loque más obtienen es cebolla, jitomate, limón y plátano, siempreque en ese momento esté a buen precio. A veces, dijo, les danproductos que realmente ya están muy maduros y no pueden ocuparsepara la alimentación. En el lugar viven 28 abuelitos y debendarles tres comidas y dos colaciones diarias y lo que aportan noalcanza. Reconoce que ha habido días en que no tienen para darlesde comer, por ello iniciaron este recorrido por la Central deAbasto hace aproximadamente cinco meses. Otra forma de apoyarse,mencionó, es con la instalación de un puesto el jueves, sobre lacalle Libertad, donde venden ropa que les regalan pero que no lesqueda a los abuelitos, y con ello logran un ingreso más. Recibenprendas de vestir y zapatos en donación; lo que les queda a losresidentes se los dan y el resto es para vender, comentó.
