Luego de que la Arquidiócesis Primada de México informara hace poco más de una semana que la fiesta patronal a San José se recorría para el lunes 20 de marzo en lugar del domingo 19, iglesias de la región que rinden culto a dicho santo celebraron en distintas modalidades para recordar al también llamado "Patrono Universal de la Iglesia".
Sin embargo, las diligencias religiosas arrancaron desde el domingo, cuando en Huapalcalco (región Tulancingo) abrieron la feria patronal con una cabalgata en la que se unieron cerca de 20 jinetes. Además de la feria, también hubo presentaciones de grupos musicales que amenizaron el momento. En dicho templo, la ceremonia religiosa sí se conmemoró el domingo, por lo que desde muy temprano "despertaron" a San José con las tradicionales mañanitas.
En otras latitudes, como en Acatlán, igualmente se celebró a San José. En este municipio son cuatro comunidades las que enmarcan sus festejos religiosos para "el esposo de María": El Yolo, Piedra Larga, La Laja y El Veladero. En dichas localidades también se realizaron cabalgatas y se ofreció comida y música para visitantes.
En Tulancingo, específicamente en la iglesia adjunta a la Catedral Metropolitana (templo de San José), se realizaron dos misas: una a las ocho de la mañana, con presencia de al menos 40 feligreses y la de las siete de la noche, sesión solemne en la que se recordó al santo. En ambas celebraciones, párrocos instaron a fieles a seguir las enseñanzas de San José, al hacer el llamado de fortalecer los lazos familiares "así como él lo hizo con Cristo, a quien reconoció como su hijo en la Tierra".
Previo al día patronal, concluyeron las nueve jornadas de oración dedicadas a su gracia, que se conoce popularmente como la novena de San José. "San José cómo patrono siempre fue aquel protector que custodió a la Sagrada Familia en situaciones difíciles. Se puso al servicio del plan divino, se hizo como un siervo atento y providente de María y del niño al cuidar siempre de ellos, los defendió en momentos de peligro. Estos son algunos de los rasgos que explican porqué el pueblo santo de Dios lo venera con especial devoción", expresó al respecto el seminarista Juan Luis Samperio.