Pese al aumento de contagios y fallecidos en la entidad por Covid-19 y el funcionamiento del túnel sanitizante, las medidas preventivas de salud, como la sana distancia, se han relajado en la Central de Abasto de Pachuca.
Al interior del centro de comercio de alimentos más grande de la entidad, muchos de los clientes y despachadores no utilizan el primer artículo base de protección, que es el cubrebocas, “porque ya no lo exigen como al principio”, justificó Rosa María Ángeles, ama de casa, quien además agregó que es un “poco molesto” porque se cansa más rápido, ya que no puede respirar con libertad.
Respecto al segundo artículo de protección, el gel antibacterial, se observó que alrededor del 70 por ciento de los puestos y locales si lo tienen; otros, como la venta de alimentos al mayoreo en caja no lo tienen, pues explican que “no sirve” porque constantemente las tienen que tocar, indicó, Mateo Zamora, empleado de frutería.
Igualmente pasa con los diableros, aquellos que cargan la mercancía en los diablos que, aunque son pocos los que trabajan, no utilizan guantes ni gel y menos cubrebocas, “porque ya no se nos pide como antes, en abril y a principios de mayo, si se exigía y más cuando dijeron que había un brote, pero no”, dijo Ismael Hernández, diablero.
Ante la pregunta de que sí no temía enfermarse, respondió que no, porque su trabajo no “es muy limpio que digamos y si me enfermó, pues ya que”, dijo.
Para entrar a laborar en la Central de Abasto, mencionó, que desde la instalación del túnel sanitizante, hace seis días, solo ha pasado dos veces, “dejo la mercancía en el taxi o en el coche y ya no vuelvo a pasar, para ahorrar tiempo, porque las filas son largas y debo apurarme para conseguir más carga”, concluyó.