APAN, Hgo.- Para Rafael Soto, cervecero al que le anteceden seis generaciones, el mercado de la cerveza artesanal no compite con el de las cervezas comerciales, en cambio, asegura, se trata de una experiencia que busca rescatar, interpretar y ampliar la diversidad de estilos existentes, pero también de la oportunidad de crear identidad a través de este producto.
En 1936, la familia Soto comenzó su acercamiento con esta industria con la elaboración de pulque; sin embargo, desde hace casi una década decidieron incursionar en la elaboración de cerveza, teniendo como materia prima la cebada, de la que a base de prueba y error crearon su propia malta a la cual añadieron distintos agregados, entre los que destacan la tuna, el nopal y el capulín.
Para los Soto no existe competencia entre las grandes industrias y las cerveceras artesanales, pues aseguró uno de los objetivos de estas empresas es el de ampliar el abanico de opciones de los consumidores, para que así exista una cerveza adecuada para diferentes tipos de maridaje y clima.
El entrevistado refirió a El Sol de Hidalgo que actualmente producen hasta cien mil botellas de esta bebida por turno y que fue con su propio ingenio que creó los mecanismos para llevar acabo esta producción que elabora cerveza oscura, clara, plata de tuna y nopal, así como de diferentes agregados que elaboran por temporada, además de seis tipos de curados, pulque natural y tepache embotellado.
Actualmente su cerveza se lleva a más del setenta por ciento de los estados de la república, y se comercializa lo mismo en boutiques de cerveza como restaurantes en espacios donde quienes aprecian este tipo de bebidas, pueden disfrutarla.